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Mientras que Hugo De la Hoz empezó a hacer butifarras en su infancia, con las enseñanzas y la fórmula que le legó su abuela, Javier Higuita empezó hace apenas tres años a comercializarlas, luego de haberse quedado sin empleo, pero con el pensamiento de que en Soledad todos son 'herederos de la butifarra'.

Ambos participan del XV Festival de la Butifarra, que del 3 al 6 de septiembre se llevará a cabo en este municipio del Atlántico, con 30 familias productoras que despacharán los domicilios desde la Institución Educativa Técnico Industrial de Soledad, acondicionada con una 'cocina biosegura' para el evento.

De la Hoz empezó a los 10 años ayudándole a su abuela, Isabel II Albarino, en su negocio de comidas donde hacían butifarras. Aprendió de ella, que inició a los 17 años y le dejó de herencia su fórmula hace 40 años. Actualmente 'transfirió' ese conocimiento a su hijo, que está a la cabeza del negocio.

Hugo, de 67 años, recalca con orgullo que ganó las primeras cinco ediciones del festival, que este año no tiene competencia. Después de esos primeros galardones siguió participando, pero fue declarado fuera de concurso. Por el aporte que le ha dado a la butifarra en el municipio se convirtió en la imagen del evento.

Cuenta que en las mejores épocas del año (a mitad, a finales y durante las fiestas municipales) producen de 4 mil a 5 mil butifarras, trabajando con ocho personas. Para el festival esperan hacer un promedio de 60 mil entre las 30 familias participantes.

Por su lado, Javier Higuita espera preparar 1.500 platos del arroz de butifarra con el que se ha dado a conocer en Soledad. Aunque antes se ha experimentado con el arroz, en su caso cuenta con una receta personal que nació hace aproximadamente dos años, tras vender exitosamente butifarras entre amigos, vecinos y más tarde desde un local comercial.

Javier, de 52 años, empezó 'fortuitamente' en la tradición de la cocina de butifarras. 'Toda la vida trabajé como representante de ventas de compañías, la última vez de asesor comercial de una textilera de Bogotá'. Al quedar desempleado empezó a preparar y vender butifarras en un negocio familiar, con su esposa y dos hijos.

Dice que busca destacarse como 'uno de los productores de un excelente arroz costeño, y proyectarlo en el departamento y la Costa'. En redes sociales se encuentra su tienda com @lasoledena. La tienda física 'es un local pequeño que con mucho esfuerzo hemos ido forjando en el municipio. Ahora estamos en proceso de ampliación', agrega.