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Para algunos podría sonar descabellado establecer una conexión entre el flamenco y el vallenato, pero por muy distantes que parezcan, estos géneros musicales tienen similitudes melódicas que fueron expuestas en el marco de la vigésima tercera edición de la Cátedra Europa de la Universidad del Norte.

Leopoldo Calderón Jiménez, magíster en educación y comunicación audiovisual y multimedia, fue el encargado de explorar estos géneros durante el evento virtual denominado ‘Flamenco y Vallenato: Cuerdas y tradiciones en paralelo’.

La dinámica disertación contó con la participación de Guaré Music, grupo integrado por los recién egresados del programa de Música Natalia Campo (voz) y Bryan Zequeda (contrabajo), y el estudiante Pablo Abello (cajón y percusión), quienes acompañados de Calderón en la guitarra interpretaron clásicos como La casa en el aire, Nació mi poesía, Obsesión y Matilde Lina a ritmo de flamenco, demostrando que aunque parezcan mundos paralelos, existe una conexión especial que tiende un 'puente musical' entre Colombia y el país europeo, invitado de honor este año en la Cátedra Europa de Uninorte.

'Cuando se habla de vallenato siempre se hace referencia a la guacharaca, la caja y el acordeón. Sin embargo, se termina ignorando el valioso aporte de la guitarra, este fue un elemento de origen español que sirvió para acompañar la música vallenata, mucho antes que el acordeón. La guitarra española se estandarizó en 1916 a través de Andrés Segovia quien le dio un estatus como instrumento de alta cultura', precisó Calderón Jiménez.

Agregó que el motor que mantuvo vigente la guitarra fue la cultura gitana o etnia Romí, la cual nació en La India e inició una peregrinación con una conciencia de la vida de forma nómada. 'Ellos interactuaban por diferentes lugares y generaban cambios. La cultura Romí está presente en Colombia desde hace 500 años, hay unos cinco mil ciudadanos que se han declarado Romí, y es gracias a ellos que la guitarra se incorporó al vallenato'.

En su exploración Leopoldo Calderón tomó temas como La pavana en Mi Mayor, del español Luis de Milán, y tras escucharla detenidamente la asemejó al clásico vallenato Nació mi poesía que Jorge Oñate convirtió en éxito.

Entre algunas de las similitudes existentes entre flamenco y vallenato, se debe mencionar que tanto el Festival de la Leyenda Vallenata, como el Primer Festival de la Bulería han celebrado el mismo número de ediciones (53), y también han sido declarados por la Unesco Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad.

Fusión eXITOSa. El artista valduparense José Darío Martínez Acosta, mejor conocido en la música como Chabuco, es uno de los artistas que se sumergió en estas dos corrientes musicales con su álbum De ida y vuelta publicado en 2013, ganador de Doble Disco de Diamante (vendió medio millón de copias en Colombia).

'Me reuní con músicos españoles como José Miguel Carmona, exintegrante del grupo de flamenco Ketama, y pude palpar que su sentir melódico es muy similar al nuestro. Los tiempos del flamenco se parecen mucho al vallenato. El aire del merengue por ejemplo, vendría siendo para ellos como el 6 por 8 de la bulería'.

Chabuco, hijo del fallecido Hugues Martínez, quien era considerado ‘El guardián del vallenato en guitarra’, indicó que la mayoría de los músicos del flamenco son empíricos, así como nuestros juglares del Caribe colombiano.

Otro artista que se atrevió a hacer este tipo de fusión es Silvestre Dangond, quien en el tema Ni punto e’ comparación, tras escuchar los acordes de la guitarra realza los vínculos entre estos géneros al exclamar: 'Vámonos para España, flamenco…', luego se escuchan los acordes de la guitarra.

Contrario a lo que otros dicen, el historiador y folclorista Tomás Darío Gutiérrez afirma que erróneamente se ha vinculado la guitarra a los orígenes de la música vallenata.

'Uno de los primeros en ir a estudios en los años 40 y usar la guitarra en el vallenato fue Guillermo Buitrago y posteriormente haría lo propio Julio Bovea. Inmediatamente se animaron juglares como Abel Antonio Villa, Alejandro Durán y Luis Enrique Martínez. Buitrago le grabó a Emiliano Zuleta Baquero Qué criterio (La gota fría) y Carmen Díaz, y a Tobías Enrique Pumarejo La víspera de Año Nuevo, pero antes de Buitrago hubo muchos acordeoneros que ya se paseaban por los pueblos tocando acordeón'.

Gutiérrez señala que posteriormente surgieron compositores diferentes al acordeonero y que en los 70 hubo una explosión de jóvenes como Gustavo Gutiérrez, Jaime Molina, Octavio Daza y Hernando Marín, quienes comenzaron a tocar guitarra para acompañar sus obras'.

Mañana a las 5:30 de la tarde la música volverá a ser protagonista en el auditorio Marvel Moreno, en el que actuará la Big Band de la Uninorte para cerrar con broche de oro la edición virtual de la Cátedra Europa 2020, de la Universidad del Norte.