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A escondidas y sin hacer ruido se escapaba de su casa para irse a jugar. Sus vecinos, todos hombres, permanecían en las calles de su barrio jugando todo el día sin reproche alguno, por el contrario, a ella le advertían que debía divertirse entre las cuatro paredes de su habitación. A Ligia Galvis los regaños no le impidieron seguir reuniéndose con sus amigos para jugar al trompo.

Galvis, experta en derechos de infancia e invitada al primer Foro Nacional Crianza Amorosa + Juego, desde su experiencia contó cómo hace décadas atrás, siendo niña, rompió transgresiones. Como parte del proyecto nacional está dispuesta a 'alimentar la posibilidad en niños, niñas y adolescentes de hacer del juego una obligación' para su sano crecimiento.

Esta campaña es un trabajo conjunto entre la Alianza Nacional contra la Violencia hacia Niñas, Niños y Adolescentes, la Consejería Presidencial para la Niñez y la Adolescencia y la Corporación Juego y Niñez. Va dirigida a la protección integral de las niñas, niños y adolescentes en el entorno hogar, acompañando a las familias y comunidades en sus roles de cuidado y crianza sensible y amorosa.

Saber vivir en convivencia desde el juego 'consolida ese propósito de construir ciudadanos y ciudadanas capaces de manejar la conflictividad a través de las normas que se establecen en estos espacios propiciados de recreación, las sociedades podrán solidificar sus relaciones', resaltó la invitada.

En el evento virtual unas ocho mil personas se conectaron a la charla que usó el trompo como símbolo de juego y socialización.

La primera intervención estuvo a cargo de la primera Dama de la Nación, María Juliana Ruiz, quien mencionó que con estas alianzas buscan 'promover una estrategia poderosa y constructiva, con un enfoque complementario: la crianza amorosa más el juego'.

De acuerdo con Ruiz, 'el juego es una oportunidad única de aprendizaje sobre ética, respeto, conciencia de ganar y perder, trabajo en equipo, cooperación, conciliación, desarrollo de la creatividad, identificación de habilidades y capacidad. Además es un factor protector que potencia la crianza amorosa porque favorece los lazos de afecto y respeto'.

Imma Marín, experta en juego y gamificación, afirmó que 'el juego es importante y por eso está en los Derechos de los Niños y en la Convención, porque jugar es puro apetito de vivir'. 'El juego nos hace personas más completas, esa es la clave', agregó.

La educadora reiteró que el juego es esencial por encima de otras actividades, para que niños y niñas consigan 'hitos sociales, emocionales e intelectuales' en su desarrollo. De esta manera, enfatizó en que la magia del juego es que no tiene otro objetivo 'más que el propio placer de jugar, es una necesidad. Puede ser utilizado dentro del proceso educativo, pero no como la única finalidad'.