Compartir:

El cementerio católico Calancala ha albergado durante 105 años los restos de miles de personas. En sus siete hectáreas han sido sepultados desde reconocidos personajes del mundo de la política como Evaristo Sourdis hasta el beisbolista Tomás Arrieta, pasando por enigmáticos personajes como Sabina Atilano Altamar, la primera en reposar en esta necrópolis sagrada desde el 24 de octubre de 1915.

En lengua Kogui 'Calancala' traduce manglar, y en nuestra Costa Caribe siempre que se hace referencia a un espacio geográfico en el que hay presencia de mangles, se relaciona al término Calancala. Sin embargo, al hacer un recorrido por este lugar no se asoma mangle alguno. Con lo que sí se pueden topar los visitantes es con algunas tumbas muy llamativas que guardan historias enigmáticas.

El camposanto que atraviesa parte de los barrios Lucero, Los Pinos y San Isidro, en Barranquilla, hoy cuando se conmemora el Día de los Fieles Difuntos, lucirá más solo que nunca, debido a que por las restricciones para evitar la propagación de la Covid-19 no se permitirá ingreso a las cerca de 3.000 personas que habitualmente arriban a él en esta fecha para visitar a sus seres queridos.