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¿Quién no ha cantado a todo pulmón y en tono de burla el pegajoso coro: 'Que te perdone yo, que te perdone, como si yo fuera el santo cachón'?

La exitosa canción El santo cachón es una creación del recién fallecido compositor guajiro Romualdo Brito. Sin embargo, esta figura del folclor vallenato confesó que fue su gran error.

El tema lo grabaron Los Embajadores Vallenatos en 1994, en el álbum Borrachera donde quiera (Discos Fuentes).

EL HERALDO dialogó con Ismael Fernández, biógrafo del artista, quien recreó el origen de este clásico.

Lo primero que indica es que está ligado a las infidelidades que se cometían en el parque Sagrado Corazón, ubicado en el barrio Ciudad Jardín de Barranquilla. Brito vivía en un edificio ubicado frente al parque que hace 26 años lucía oscuro y enmontado. Allí varias parejas llegaban y se perdían entre los matorrales para darse muestras de cariño durante las noches, pero el músico que salía a caminar cuando caía la noche, se percató de que algo raro ocurría. 'Con el pasar de los días cayó en cuenta de que se trataba de casi siempre las mismas mujeres, pero con otros hombres y miró hacia la imagen del Sagrado Corazón de Jesús que está ubicada en lo más alto del parque y exclamó ‘hombe, si este es el Santo Cachón’', explicó Fernández.

Tras esta anécdota, Brito fue contactado por Robinson Damián, vocalista de Los Embajadores Vallenatos, quien le pidió que le hiciera un tema que hablara de ‘cacho’, pero que no llevara al llanto, algo que representó todo un reto, porque para entonces imperaba el romanticismo en el vallenato. 'Él, con esa picardía que lo caracterizaba, rompió el molde. Su salida al mercado fue exitosa, pero también le trajo problemas. En esa época le habían dado vía libre a la acción de tutela, y las primeras fueron interpuestas en Bucaramanga y Bogotá por un grupo de hombres que se sintieron aludidos con la letra y alegaron que la canción atentaba contra la moral y las buenas costumbres. Le pidieron a un juez que prohibiera que sonara en emisoras y discotecas, pero eso jamás fue concedido', rememoró Fernández.

'Me dijo que fue su peor canción'

 El villanuevero Robinson Damián, de 59 años, dijo que la popularidad que les dio El santo cachón los llevó a pasearse por Europa, especialmente por España, donde realizaron largas giras, y también por Estados Unidos. También explicó que la interpretación del tema en vivo se tornó complicada debido a las bromas que hacen. 'Hay alcaldes que organizan fiestas y dicen que le dediquen el tema a tal persona, eso es pesado, pero igual es un clásico que sigue haciendo historia'.

'Romualdo Britto me dijo que El santo cachón ha sido la peor canción que ha hecho, pero la verdad no entiendo por qué, ya que en muchos países la gente la reconoce y goza con ella', agregó Damián, quien hace tres años se separó del acordeonero bumangués Ramiro Colmenares y hoy tiene su propia agrupación.

Un aspecto que resultó muy llamativo fue el videoclip del tema que dura 5:51 minutos y que fue grabado en una hacienda de Sopetrán (Antioquia). 'Teníamos pocos recursos, pero nos las ingeniamos con un juego de espejos que le dieron unos efectos visuales muy chéveres. Era tanto el bajo presupuesto que la monja que aparece en una escena, era una de las maquilladoras', reveló Damián quien en 2018 hizo una nueva versión junto a Silvestre Dangond.

Romualdo también manifestó que no todo fue aplausos y éxitos. El hecho de referirse a la infidelidad de manera jocosa, lo mantuvo intranquilo. Incluso supo de una tragedia a raíz del 'himno de los cachones'. 'No pensé que alguien se iba a sentir tan tocado por esa obra, en un diario leí que hubo hasta muerto porque a un señor empezaron a dedicarle la canción. También me enteré de otros dos casos similares, por eso me arrepiento de haberla escrito'.

Existe una versión que indica que el tema originalmente se llamaba Ajuíciate mama, y fue presentado por Romualdo a Jorge Oñate, pero este lo despreció. 'Si yo hubiese escuchado semejante propuesta de seguro la grabo, porque en ese mismo estilo le hice Llegó tu marido y Maluquito, pero sabroso. Si Romualdo me la muestra le arranco la libreta del brazo. También dicen que desprecié Volver a la ternura de Iván Ovalle y Cariñito de mi vida, que Diomedes le entregó al Binomio, pero esos son mitos'.