El trabajo de los músicos se ha visto mermado por los estragos del distanciamiento físico propiciado por la pandemia de la Covid-19.
El cuarto arte y sus exponentes se han tenido que adaptar, obligatoriamente, a llevar en estos tiempos sus contenidos al plano digital. Los grandes conciertos, las presentaciones en vivo, hasta los encuentros cercanos con pocas personas, se vieron desde marzo afectados por la inclemencia de un virus que hasta enero era casi desconocido.
Los celulares, televisores y computadores se han convertido en los escenarios para que los artistas sigan, de alguna forma, en contacto con sus seguidores. Los eventos virtuales han sido, hasta la fecha, el aliciente para que los músicos facturen por la venta de boletería.
Pero organizar un evento virtual o hasta grabar un video ahora requieren de un estricto protocolo de seguridad que va desde el lavado de manos hasta la desinfección de los instrumentos.
Este domingo la celebración internacional del Día del Músico tiene un aire diferente: todas las conmemoraciones serán virtuales.
La Banda de Baranoa, dirigida por Hilton Escobar, es un claro ejemplo de ello. En marzo, cuando se decretó la cuarentena, sus 650 integrantes se quedaron en casa y las clases pasaron a ser virtuales. Esa fue la primera medida para proteger a los músicos del contagio del mortal virus.
Las redes sociales se convirtieron en aulas de clases y escenario para una agrupación que tradicionalmente ha estado en los eventos más importantes de la región.
Esa fue la forma de 'reinventarse', según Escobar. De esta situación nació la idea de hacer covers de canciones con los músicos desde sus casas. Ellos mismos grababan su parte de cada tema y se la enviaban al director.
En la actualidad, ya son 90 los estudiantes que asisten de manera presencial a las instalaciones de la Banda de Baranoa. Se dividen de a 30 por día. Unos van los lunes, martes y miércoles. La dinámica es totalmente nueva para ellos porque precisamente para evitar el contagio se han implementado medidas de seguridad estrictas.
Por ejemplo, a las trompetas se les adapta un gorro quirúrgico para que no se esparzan gotículas de saliva. Cada 15 minutos los estudiantes deben lavarse las manos, se ha invertido en productos de desinfección especiales para los instrumentos ya que si utilizan alcohol se pueden dañar, entre otras medidas de bioseguridad que han sido muy costosas, según Escobar.
'Esto nos ha dado resultado porque hasta la fecha no hemos tenido ningún contagiado por la Covid-19, pero es muy costoso. Estuvimos a punto de cerrar la banda, pero vamos a esperar hasta febrero a ver qué nos dicen porque no tenemos recursos', afirma el director.
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