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Guayacán es una de las orquestas insignia de la salsa colombiana. Durante 34 años le han apostado al sonido criollo, conquistando así mercados nacionales e internacionales, especialmente en Estados Unidos y Europa.

La pandemia frenó tres largas giras que los llevaría a recorrer varios países. Sin embargo, la para les permitió darle forma a su nueva propuesta, que hace 24 meses recibió sus primeros pincelazos sonoros.

De la mano de su director y arreglista de cabecera, el trombonista Alexis Lozano, y de su compositor estrella Nino Caicedo, estos chocoanos siguen vigentes y alistan su producción número 20 denominada Sin par, cuyo anticipo Bogotá salsera se estrenó este fin de semana.

Los arreglos esta vez contaron con la participación del cubano Manolito Simonet, que desde La Habana le impregnó un sonido progresivo y maduro.

Este par de músicos oriundos de Quibdó (Chocó) que no son fáciles de reunir para conceder entrevistas, contaron a EL HERALDO cómo desde su arribo a la capital de la República en 1978 fueron permeando a los bogotanos con su música y hoy comparten una buena nueva.

'Le estamos dando al mundo una primicia, así como Nueva York, Cali, Barranquilla y Lima fueron epicentro salsero, ahora hay una nueva ciudad que destila salsa. Antes le decían la nevera, pero si la vieran hoy, tremenda gozadera', dijo en verso Lozano, de 62 años, quien agregó que en la década setentera reinaban solo las canciones de La Billo’s Caracas Boys, Los Melódicos, Pastor López y Los Graduados.

Pero ellos no solo hablan de su paso por Bogotá, sino también de la forma cómo se han relacionado históricamente con el Caribe colombiano. Incluso Lozano asume el rol de profesor de geografía cuándo se le pregunta por las conexiones entre las costas colombianas.

'Chocó tiene tres grandes ríos, dos de ellos vierten sus aguas al Océano Pacífico, el río San Juan y el Baudó; mientras que el río Atrato es el único que está en el andén del Pacífico y desemboca en el Mar Caribe, en el Golfo de Urabá. Es por eso que quienes pertenecemos al río Atrato, los de Quibdó somos una mixtura entre Pacífico y Caribe, realmente somos unos privilegiados. Nuestro comercio en el pasado era con Cartagena, los picós, la gaseosa, la cerveza y el queso costeño se paseaban por nuestro pueblo, así que la conexión siempre ha existido. Es por eso que me atrevo a decir que la salsa de Guayacán es un puente musical entre el Pacífico y el Caribe'.