La Iglesia Católica congrega a sus fieles para dar inicio a la época de Cuaresma. En medio de la emergencia sanitaria por la covid-19, la celebración del Miércoles de Ceniza se vivirá con gran fervor tanto en los templos como en los hogares.
Por disposición de la Santa Sede, todas las parroquias deberán manejar los respectivos protocolos de bioseguridad. Tradicionalmente, después de la homilía venía la imposición de la ceniza en forma de cruz en la frente a los fieles. Sin embargo, este año el ritual cambiará y las cenizas serán esparcidas en la cabeza.
'Este año el reto prescribe que se bendigan las cenizas y que el sacerdote se haga la señal sobre sí. Este tendrá que ponerse la mascarilla que le cubra boca y nariz en todo momento. Los fieles harán una fila con el debido distanciamiento y en vez de imponerles la cruz les dejará caer la ceniza en la cabeza', indicó el padre Jaider Lázaro, delegado arquidiocesano Pastoral de Liturgia, que a su vez resaltó que dejarse caer cenizas sobre sí mismo es un símbolo de penitencia.
Previo a este procedimiento, el cura deberá decir las fórmulas: 'Conviértete y cree en el evangelio' o 'recuerda que polvo eres y en polvo te convertirás'.