El afamado escritor y periodista Stefano Benni (Bolonia, 1947), autor de Margarita Dolcevita, La historia de Cyrano de Bergerac y ¡Tierra!, asegura de sí mismo, paradójica, jocosa y sarcásticamente, que siempre escribió sus libros con los ojos abiertos. Esta afirmación resulta, aparentemente, una suerte de sinsentido, por supuesto, pero hay que tener en cuenta sus resonancias metafóricas. Al respecto, también afirmó el italiano que, de mantener los ojos cerrados ante la realidad, jamás habría sido artista, sino político.
Esta inesperada respuesta que se puede leer en una entrevista concedida en 2013 a Revista Ñ, suplemento cultural de Clarín, cuando el autor fue invitado a la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, permite sospechar cuáles son las tensiones que conducen y mantienen viva su escritura.
Las letras de Benni, quien alimenta la tradición literaria italiana desde la década de los setenta, se nutre de lo que el autor observa en su realidad circundante: más concretamente, el entorno político y diversas causas sociales, entre las que sobresale el ecologismo. Y hay que reconocer que esta apuesta ética permea incluso su amplio mundo de lectores, ya que el poeta, narrador y ensayista cuenta con una buena colección de libros infantiles editados. En cuanto a esto, el propio Benni afirma que él no reconoce diferencia alguna entre un posible lector adulto o uno infantil. Confirma él, tajante, autónomo, muy a su manera, desafiante, que tan solo identifica dos tipos de lectores que realmente se diferencian: los lectores perezosos y los lectores aventureros, pues confía en que los niños tienen la inteligencia suficiente como para comprender infinidades de temas y complejidades.
Benni, convencido de esto, ha encontrado lectores y lectoras aventureras de todas las edades en más de 30 países. Ha sido traducido a lenguas y culturas tan distantes como la japonesa. Una anécdota le confirmó al artista que la literatura, el arte y el humor manejan códigos universales: en una presentación en la Universidad de Tokyo, al autor le sorprendió que el público asiático y el público de su país estallaran de risa en exactamente los mismos puntos de la charla. Es esta libertad que se ha permitido el autor la que les ha abierto las puertas a sus libros, casi que sin distingo y más allá de las fronteras y los prejuicios, pues poner el dedo sobre la llaga de lo humano, sobre todo si se hace con humor, le mueve las fibras a cualquier persona, independientemente de su edad, de su origen, de su lengua.
Stefano Benni, quien ya ha recorrido el mundo como vocero de su literatura, será, entre el próximo primero y siete de marzo, uno de los invitados especiales de la decimoquinta edición del Carnaval Internacional de las Artes. Los residentes en Barranquilla y los ciudadanos del mundo asiduos a las plataformas virtuales tendrán el placer de reír y a la vez descubrir ese inquietante mundo que el italiano ha escarbado con su pícara mirada, así como ya lo han hecho en los países nórdicos, el Mediterráneo, Suramérica y Asia.