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Mientras sembraba maíz, yuca, plátano y arroz, al tiempo alimentaba su inspiración. Trabajando la tierra descubrió sus habilidades en el canto. Siendo una niña, Ceferina Banquez a viva voz interpretaba la música de sus ancestros. Además tenía la influencia artística de sus tías cantadoras: María de los Reyes Teherán y María del Carmen Teherán.

Vivió de cerca la violencia bipartidista para la fecha del asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, en 1948. En 2001 fue víctima del desplazamiento forzado. La guerra acabó con lo que había construido, solo sus seis hijos acompañaban su andar, porque su esposo había muerto años atrás a causa de un derrame cerebral. Terminó en el Magdalena y allá estuvo trabajando seis años, con arduo esfuerzo pudo sostener a su familia.

Después, en 2007 regresó a su pueblo natal. Allí llegó a la finca de su fallecido abuelo y siguió con su vida campesina que hasta el momento le ha permitido mantenerse.

'Cuando estuve en el Magdalena recordaba y me daba dolor todo lo que había vivido y comencé a escribir cómo me sentía por culpa de la violencia. Cuando volví a Guamanga me dio muy duro ver cómo habían matado a varios de mis vecinos y sus familias', narró.

La guerra también le arrebató la vida de su sobrino. Un episodio deprimente que vivía en cuatro paredes mientras el enemigo la seguía acechando. En su exilio encontró un refugio en la música y aprendió a cantar en décimas.

'A las seis de la mañana yo escuché un tiroteo, como yo estaba asustada me paseaba y me paseaba, me vino a avisar mi abuelo que mataron a mi sobrino. ¡Oh Colombia!, la nación está complicada, la violencia no se acaba, y nunca le ponen fin'. Este es uno de los versos de su tema Salí de la montaña, que no está dentro del nuevo CD, pero enmarca el sentido de sus canciones.

El 3 de febrero de 1943, Guamanga, jurisdicción de El Carmen de Bolívar, vio nacer a esta cantadora. Estas tierras campesinas han sido su musa. Hoy narra desde su tranquila vejez que en su finca pasa la mayoría del tiempo y su canto es el sonido ambiente que allí reposa. Ceferina en las Islas de Barú, Cartagena, comercializa sus cosechas y de ahí obtiene ingresos extra aparte de la música.

Su primer álbum fue Cantos ancestrales de Guamanga, se grabó en 2010. Desde ese momento ha estado activa en la industria.