Anderson Hidalgo Castro salió ese viernes en busca del pan de cada día que consigue cantando en las calles de Barranquilla y Soledad. La noche anterior llegó a su vida Mayte, una perra a la que su dueña debió renunciar porque no tenía cómo cuidarla.
Por ser tan pequeña y no tener con quién dejarla, ‘Rebel’, como se hace llamar, se la llevó a trabajar con él en el semáforo del sector ‘El Percal’, en la Ciudadela Metropolitana de Soledad.
Al llegar, el joven venezolano de 24 años amarró a Mayte al poste para que no se escapara o la atropellara un vehículo. Entre motos, buses y carros, en el tiempo que estuvo cantando en busca de unas monedas, la perrita no dejó de ladrar, quizás sumándose a su coro o queriendo atraer la atención de los que ni siquiera miraban a su nuevo amo. En una de las tandas, en la que no recibió ni un aplauso, Rebel se acercó a la perrita de pelaje blanco y la abrazó.
'Ahí en el video se ve como que estoy llorando porque no me dieron dinero, pero en realidad no. Yo la estaba era abrazando para que se calmara y no ladrara tanto, porque igual yo estoy acostumbrado también a que no me den monedas. Simplemente me agaché, le di un besito y la perrita muy cariñosa me abrazó, porque ya se acostumbró a mí', dijo Anderson a EL HERALDO, refiriéndose al video de él que subieron en Instagram y se convirtió en tendencia por unas horas. Todo pasó el pasado viernes 9 de abril.
Jorge Luis Garay, o como muchos le llaman ‘Wara Rico’, bailarín de champeta que reside en Soledad, fue el que dio a conocer el talento de Rebel. Le llamó la atención su arte y grabó el momento preciso en el que el artista callejero se abrazó con Mayte. Subió el video a su Facebook e Instagram y, sin pensarlo, amigos y conocidos lo empezaron a compartir.