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Karoline Lara es una joven barranquillera de 23 años amante de la cultura coreana y el k-pop. El gusto por el anime, el género musical y su cultura lo cultiva hace seis años a raíz de varias series, cortometrajes y videoclips que encontraba en la televisión y las redes sociales.

'Empecé a darme cuenta que las series coreanas eran muy diferentes a lo que estamos acostumbrados a ver en Latinoamérica y Estados Unidos, porque su contenido es más relacionado a lo moral y lo ético. En la mayoría de las series, que se les dice ‘K-dramas’, brindan alguna enseñanza moral y eso fue lo que yo empecé a disfrutar', cuenta Karoline.

El k-pop es un género musical que tiene origen en Corea del Sur desde principios de la década de los 90. Estos grupos, más que cantar hacen una puesta en escena con ingeniosas coreografías inspiradas en grupos norteamericanos y europeos.

Entre las agrupaciones más sonadas están: BTS, Black Pink, Exo y Twice entre muchos otros. Sus ventas y visualizaciones en redes sociales de lejos superan los millones, incluso sobrepasando el reguetón con ganancias económicas multimillonarias.

La industria coreana que maneja este género musical, se basa en una formación integral del artista. La forma de crecimiento depende de las habilidades que la persona en formación vaya desarrollando y los entrenamientos son tan arduos que pueden durar hasta diez años antes de poder lanzarse como agrupación.

'Muy poca gente sabe realmente cómo es la industria del k-pop. En Corea la cultura es muy diferente a la de acá, a uno que es seguidor, que le gusta y que ha estudiado mucho sobre ello, entiende realmente el esfuerzo y disciplina que hay detrás de un artista o banda de este género', opina Lara.

Gracias a esto, los millones de seguidores de k-pop, conocidos como ‘k-popers’, resaltan su fuerte presencia en redes sociales, casi que su hábitat natural. 'Somos intensos, pero bastante entregados a la hora de apoyar a nuestra banda favorita, pero como este género no sólo se trata de música sino de enseñanzas y aprendizaje, también usamos esa misma fuerza con la que los apoyamos para otras causas sociales'.