Apagaron las luces, encendieron la gran pantalla y pusieron a rodar el primer filminuto 'Y nadie salió', dirigido por Mayerlin Llamas y Eliana Álvarez. La lluvia no fue un obstáculo para que más de 60 personas cumplieran su cita con Cine a la Calle.
Este martes, a partir de las 6:30 p.m., el Festival Internacional de Cortometrajes Cine a la Calle (FICICA) hizo su apertura en la Alianza Francesa de Barranquilla. En el evento dieron a conocer su variada agenda y proyectaron seis cortometrajes, como un abrebocas de lo que será esta versión enmarcada por la novedad de su formato híbrido (presencial y virtual), que se extiende hasta el sábado 21 de agosto.
En el programa inaugural se exhibieron trabajos cinematográficos de Portugal ('Noite Perpétua'), Nueva Zelanda ('Pain'), Argentina ('Mi primer 15'), Francia ('Migrants') y Colombia (cortometrajes del Concurso Mini para que el público vote por su favorito durante el festival).
Durante los cuatro días restantes se verá a la mujer como protagonista de las producciones fílmicas, viajes de descubrimiento interior e historias con realidades diversas que enseñan otras formas de ver el mundo.
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'FICICA recibió a través de la convocatoria abierta aproximadamente 1.000 cortometrajes con toda clase de historias, desde lo rural, desde lo citadino y desde el sentimiento. Así que hay gran diversidad en las historias que van a encontrar los espectadores. A partir de ahí se construyó toda la programación, y este martes las personas pudieron ver una muestra de lo que será todo el festival', dijo a EL HERALDO Harold Ospina, director del Festival Internacional de Cortometrajes Cine a la Calle.
Ospina reiteró su compromiso con el cine incluyente y contó que este año habrá un 'foco específico' para destacar la diversidad sexual, de género y la participación de la mujer en procesos audiovisuales. 'Eso nos va a permitir abordar temas muy interesantes en espacios académicos. Tendremos talleres de cine comunitario para personas trans'.
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En los barrios
La Fundación Cine a la Calle nació en 2005, a partir del Festival Internacional de Cortometrajes que se ha venido realizando en Barranquilla desde el 2001, con el fin de promover el uso de la herramienta audiovisual en pro del desarrollo social. Por esta razón es tan importante para FICICA que la magia del séptimo arte sea de fácil acceso para cualquier público.
Lo que los motiva este año es que tres sectores a los que nunca habían llegado, tengan la oportunidad de vivir experiencias fílmicas. Así que después de un análisis general, los barrios escogidos fueron: Buena Esperanza y Carlos Meisel. También, la zona de Villa Caracas, en el suroccidente de Barranquilla.
'Cuando pensamos en retomar la presencialidad, vimos la necesidad de volver a llevar el cine a los barrios, en lugares donde normalmente no es tan fácil el acceso a la pantalla grande. Hicimos un análisis de los sectores a los que no habíamos ido, quiénes lo necesitaban más, y así fue que decidimos los barrios donde este año estaremos exhibiendo los cortometrajes con la Cinemateca del Caribe', puntualizó Ospina.
