Compartir:

La misma alegría que derrocha en los escenarios con su música cargada de picante la proyecta el cantautor y acordeonero Dolcey Gutiérrez en el interior de su residencia, ubicada en el barrio Ciudad Jardín, de Barranquilla.

Este hombre, que el pasado 23 de octubre cumplió 80 años, dice que en él no aplica el refrán que dice: 'Luz para la calle y oscuridad para la casa'.

Ha realizado varias adecuaciones en su vivienda, construyendo rincones especiales para mantener a salvo su colección de 60 sombreros, también una sala para ver películas y un pequeño estudio al que bautizó: 'El cuarto del loco'. Allí le da rienda suelta a su talento.

Este músico oriundo del corregimiento de Nervití, jurisdicción de El Guamo, Bolívar, hace 60 años 'echó raíces' en Barranquilla, tierra en la que su talento ha brillado desde que lanzó su primera canción Cantinero sirva trago, que inmediatamente gozó de la acogida del público.

'Dolcey carnavalero', como se hace llamar, confiesa ser demasiado desordenado al recorrer cada cuarto de su casa. 'No hay un solo pedazo que no desordene, mi mujer me vive regañando porque soy muy loco, pero eso sí, en la música soy muy disciplinado. Me ufano en decir que soy el músico más serio, porque en los bailes que me contratan siempre llego dos horas antes'.

Sus seguidores pocas veces han tenido la oportunidad de verlo sin sombrero y lentes, accesorios indispensables en su look.

Le puede interesar: Sabor Barranquilla, una mesa gastronómica biosegura para todos

Sin embargo, en casa se despoja de ellos, dejando al descubierto sus ojos negros y su cabello, que mantiene teñido de rubio.

'No sufro ni de calvicie', dice entre risas para referirse al buen estado de salud del que goza.

Lo único que le falla es el oído, hay que hablarle fuerte, pero explica que 'eso es un mal de todos los músicos veteranos, debido a los altos niveles de volumen' a los que se exponen. 'Eso termina dejándonos con algo de sordera', dice

El octogenario artista se sienta en su trono (un enorme sofá blanco con cojines rojos y blancos) para explicar que en su 'cueva' también habita su compañera sentimental hace 31 años, Olga Pacheco, con la que contraerá nupcias el próximo año, una vez culminen los compromisos carnavaleros.

Sus hijas Zharina Paola, de 22 años, y Christ, de 14, complementan el hogar del ‘Rey de la música picante’.

'Me gusta disfrutar de mi familia, con ella ando por todas partes, salimos a comer o a dar una vuelta por algún centro comercial, o si no nos quedamos viendo películas en casa. Esos son nuestros planes favoritos', explicó a EL HERALDO Gutiérrez, que tiene otros 8 hijos y 12 nietos.

Al preguntarle cómo se siente por cumplir 80 años, saca a relucir esa chispa que lo caracteriza y dice que eso no le preocupa porque él 'sabe meter los monos' y afirma que 'la edad está en la mente, en el disco duro'.

Lea además: El Carnaval de Barranquilla abre convocatorias para el 2022

'Acabo de cumplir 80 años, pero la gente que me ve en tarima me pone 50, porque irradio felicidad. El secreto de la eterna juventud está en reír a diario, en mamarle gallo a la vida. (...) Estos 80 años me llenan de alegría, es un privilegio llegar a esta edad. He sido un bendecido por Dios porque desde el inicio de mi carrera encontré el éxito, algo que a la misma Shakira le representó 15 años. Mi primera canción Cantinero sirva trago se pegó enseguida. La canté delante de Aníbal Velásquez, mi ídolo, y por fortuna un ejecutivo de Sonolux la escuchó y a los 15 días ya sonaba en la calle', agrega.