La jornada inaugural de la edición 17 del Hay Festival Cartagena contó con la participación de uno de los herederos del Nobel de Literatura colombiano, Gabriel García Márquez. Se trata de su hijo mayor, el director de cine y televisión
Rodrigo García Barcha, quien ha decidido seguir los pasos del creador de Cien años de soledad, y recientemente lanzó al mercado el libro Gabo y Mercedes: una despedida.
A través de una videollamada Rodrigo se conectó con el público asistente al teatro Adolfo Mejía en Cartagena, para revelar algunas intimidades de sus padres, especialmente de los últimos días que vivió el escritor cataqueño junto a Mercedes Barcha, La Gaba, como la llamó cariñosamente su círculo más cercano.
García Barcha evocó los recuerdos que le sirvieron para escribir su libro el año pasado, que se animó a publicar luego de la muerte de su madre, Mercedes Barcha, en agosto de 2020.
'Al igual que mi madre, mi papá tenía la firme convicción de que nuestra vida familiar debía ser estrictamente privada. De niños nos hicieron cumplir esa regla una y otra vez, pero ya no somos niños, niños adultos, quizás, pero no niños', manifestó.
En su relato contó que el día que murió su padre, el 17 de abril de 2014, 'entró un pájaro y al parecer se estrelló contra los vidrios de un salón y cayó muerto sobre la silla donde se sienta Gabo. Enseguida, los amigos, los empleados de la casa se dividieron, unos decían, esto es un buen augurio, otros decían que no'.
'A las pocas horas muere Gabo y por la tarde una amiga que no sabía nada del pájaro escribe para decirnos: ‘está muriendo un Jueves Santo; Úrsula Iguarán (personaje de Cien años de soledad) también murió un Jueves Santo’', contó.
El hijo del Nobel define como 'una casualidad alucinante' lo sucedido, pues recuerda que en la novela, 'cuando Úrsula murió era un día de calor y los pájaros desorientados entraban a las casas y chocaban contra las paredes o las ventanas y caían muertos al piso'.