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Era su primer día de trabajo, nada podía salir mal, así creyó un guardia de seguridad que sería su jornada laboral en el Centro Presidencial de B.N Yeltsin, en Ekaterimburgo.

Pero avanzadas las horas dentro del museo, y ya bastante aburrido de no encontrar ‘acción’ en el lugar, tomó un esfero y decidió ‘pintar’ unas caras en la obra de arte de la famosa artista Anna Leporskaya.