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Por primera vez Rodrigo García Barcha pisó La Cueva, ese lugar donde muchas veces su padre, Gabriel García Márquez, se inspiró para crear sus grandes joyas literarias, esas que lo llevaron a ser reconocido con un Nobel de Literatura por Cien Años de Soledad.

Volvió a Barranquilla tras 35 años y aseguró que la 'ciudad está muy cambiada', le gustó el Malecón del río, porque se ve el majestuoso río Magdalena.