En las esquinas de los barrios ubicados en el sur de la ciudad se respiraba un ambiente de fiesta. El Carnaval llegó para invadir de alegría y jolgorio a quienes tuvieron la oportunidad de vivirlo en compañía de amigos y familiares.
Disfraces callejeros adornaban las calles y algunos retenes carnavaleros–instalados de manera informal por miembros del sector para pedir plata– fue la escena más repetitiva durante las carnestolendas.
EL HERALDO realizó un recorrido por algunos barrios, con el fin de conocer cómo vivieron los barranquilleros este Carnaval.