Un reencuentro lleno de relatos convocó la noche de este lunes a los asistentes que se congregaron en La Sala Luneta 50 para observar un verdadero espectáculo de palabras.
La vigésima quinta edición del Festival Internacional de Cuenteros: El Caribe cuenta realizó su apertura en Barranquilla para continuar cultivando el arte de contar historias.
El espacio cultural posee la calidez de un hogar. Pese a sus pequeñas medidas tiene plasmada en sus paredes las más grandes obras y recuerdos de su mayor baluarte: ser la casa de influyentes narradores orales.
Sus sillas no fueron suficientes para el público que estaba apetecido de historias. El aforo fue lleno total y entre sus espectadores se encontraban fieles y nuevos que esperan descubrir la magia que se esconde detrás de este oficio.
Niños, jóvenes y adultos, todos estaban invitados para ser testigos de noche que prometía compartir momentos despojados de la monotonía, y con ese objetivo, se acercaron en familia e incluso solos a esperar que la función empezara y sus risas se convirtieran en el sonido más escuchado del epicentro cultural.
Los protagonistas de la noche portaban una sonrisa especial, pues, contribuyeron a la gestación de un festival que hoy se ha expandido a tierras internacionales.
En junio de 1998 Leonardo Aldana, de Montelíbano (Córdoba) y Fernando Cárdenas de Barranquilla dieron rienda suelta a sus pasiones y grandes habilidades comunicativas para congregar a más cuenteros que en unísono dieron el primer paso para llevar a cabo una verdadera fiesta de las palabras.