Las perdidas inesperadas de familiares, la muerte de varios corgis (perros) queridos y una relación bastante tensa con su hermana, son algunas de las tragedias que ha tenido que sortear la Reina Isabel ll durante su vida.
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La actual monarca británica nunca estuvo destinada a ser reina, su tío, el Rey Eduardo VIII, abdicó al trono por el amor que sentía hacía Wallis Simpson, dejando que su padre, Alberto Frederick, se convirtiera inesperadamente en el Rey Jorge VI.
El padre de Isabel no estaba preparado para el trono, y tiempo después reveló en sus diarios como tomó la noticia cuando supo que tomaría tan importante lugar.
'Cuando le conté (a mi madre) lo que había sucedido, rompí en llanto como un niño'.
La Primera Guerra Mundial no representó mayores obstáculos para la futura reina, que solo vivió las huelgas que se desataron en Londres a raíz de la escasez de recursos provocada por el conflicto.
Sin embargo, a sus 14 años pudo presenciar la Segunda Guerra Mundial que tuvo lugar entre 1939 y 1945. Allí dio su primer discurso oficial dirigiéndose a los niños.