Con el fiel propósito de sumarse siempre a los cambios, y una cualidad envidiable para adaptarse a las necesidades del entorno, Paola Rodríguez, creativa de modas barranquillera, ha desarrollado un concepto de versatilidad y disciplina que no solo se encuentra implícito en sus proyectos comerciales, sino que también es parte de su vida.
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Ya son alrededor de 22 años los que Rodríguez lleva fuera del país; eso sí, sin olvidarse de su tierra porque cada vez que puede se pega la escapadita a su Barranquilla amada.
Criada en un hogar tradicionalista y formada en un colegio liderado por monjas, su infancia y adolescencia fueron bastante limitadas. En casa se priorizaban los valores, la cultura, pero sobre todo la necesidad constante de ver la vida como un eterno aprendizaje. Su destacado desempeño académico hizo que sintiera que los años de su secundaria pasaran volando, y cuando tuvo 16, ella fue la que voló.
Paola había aplicado a un visado de turismo para conocer Países Bajos, una vez aprobada su solicitud tuvo la oportunidad de viajar y luego de quedarse.
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Pasados los días de su llegada al Viejo Continente, comenzó a explorar un mundo de posibilidades. Todo era muy nuevo, el idioma, la cultura, la gastronomía, buena parte de la música, e incluso la forma de relacionarse.
Frente a esto, asegura que le tocó hacer uso de su capacidad adaptativa, entendiendo que esta era una oportunidad para aprender.
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