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'Si no estoy descalza no hay creación, porque simplemente siento que no conecto con la tierra', la frase la lanzó la experimentada maestra en danzas Gloria María Peña Castro mientras se quitaba unos tacones morados de los pies para comenzar a bailar y posar para el lente de EL HERALDO.

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Argumentó que ella sigue la línea de la estadounidense Isadora Duncan, creadora de la danza moderna, y quien también prefería andar sin calzado.

'En mi casa me gusta estar descalza, creo que hasta Shakira se copió de mí en eso de andar a pies descalzos', comentó entre risas esta mujer que ha cumplido 60 años de estar formando a jóvenes en su Academia de Danza Gacho y Gloria Peña.

'Me defino con la palabra seguridad, a lo largo de estas seis décadas de carrera artística he trabajado con mucha certeza y considero que establecí un respeto a la disciplina de la danza. Este ha sido mi proyecto de vida, por fortuna no me equivoqué cuando dije que iba a ser bailarina', dijo con el tono de voz fuerte que la caracteriza.

Le pregunté qué hubiese sido de su vida sin la danza, y tras mirar fijamente el techo del salón de danza ubicado en el segundo piso contestó que era el periodismo su plan B. Debido a lo estudiosa y disciplinada que ha sido cree que se pudo haber convertido en una periodista demasiado preguntona e investigativa.

'La disciplina ha sido la clave para mantenerme vigente, el baile es un don que Dios me regaló, pero que gracias a la disciplina pude trabajarlo y perfeccionarlo. La disciplina está en el interior de cada uno y con el tiempo entrega grandes frutos, si me hubiese dedicado al periodismo, profesión que respeto y admiro mucho, seguramente también me hubiera ido bien'.

La maestra Gloria no entrega detalles sobre su edad, dice que es solo un número, y que cuando se la preguntan siempre se queda con la que le calculen. 'Nunca digo qué edad tengo, estoy entre los setenta o los ochenta'.

Gloria confiesa que si hay algo que la mantiene viva y con fuego en el corazón es 'el amor que le tienen los barranquilleros', explica que las personas la quieren por ser una mujer que no abandonó su tierra, pese a que muchas veces se lo propusieron. 'Aquí me hice grande, porque yo adoro a mi tierra, y ella a mí, así que ese calor humano me llena de vida. A veces estoy entrando a la casa y cualquier persona se alegra al encontrarse conmigo, muchos me preguntan si soy la del disco de Adolfo Echeverría, esa admiración y respeto me llena de vida'.