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Como parte de una mezcla de conocimientos y experiencias, la vida de Carlos Guerra Sanz, ex cónsul de España en Colombia, se ha ido direccionando a construir un legado multicultural entre la diplomacia y la gastronomía.

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Aunque durante los últimos años, Guerra ha estado enfocado en la diversificación de la cultura española en Barranquilla, este es un trabajo que desarrolla desde mucho antes, cuando fue designado cónsul de España en Colombia en la sede de Barranquilla.

En ese cargo duró 11 años, y fue un espacio que no solo sirvió para la regularización documental de los españoles que emigraban a Colombia durante la crisis de España en el 2007, sino que también funcionó para estudiantes y empresarios colombianos que querían invertir en el extranjero.

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'Durante ese tiempo el proceso fue muy significativo, llegaban casi 30 personas diarias y logramos consolidarnos en la ciudad no solo como un centro de información, sino que también comenzamos a integrar la música y la cocina española en un mismo espacio para que le gente que viniera se llevará también una experiencia'.

Así fue como en el mismo complejo en el que funcionaba el consulado, también comenzó a operar el centro cultural Sabina. Sin embargo, con la reconfiguración de la ciudad, Guerra dice que llegó el momento en el que le tocó tomar la decisión de dejar el consulado debido a la pandemia, tiempo en el que el mundo entró en un parón. 'La pandemia fueron dos años perdidos. Y era insostenible ser cónsul sin poder hacer ningún proceso por la situación de salud en el mundo. Sin embargo, lo que hice durante todo ese tiempo fue prepararme para llevar el centro cultural Sabina al siguiente nivel'.

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