Al son de El mochuelo, canción que inmortalizó en el acordeón el maestro Rafael Ricardo, fue despedido en su pueblo natal, acompañado de decenas de amantes de su música que llegaron hasta el cementerio de San Juan Nepomuceno.
Después de las 11 de la mañana su cuerpo fue llevado hasta el cementerio de San Juan Nepomuceno.
Al son de El mochuelo, canción que inmortalizó en el acordeón el maestro Rafael Ricardo, fue despedido en su pueblo natal, acompañado de decenas de amantes de su música que llegaron hasta el cementerio de San Juan Nepomuceno.