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El síndrome antifosfolípido (SAF) es una enfermedad inflamatoria autoinmune que puede causar distintas condiciones clínicas, principalmente, tromboembolismo -coágulos de sangre- venoso y arterial o ambos, además de morbilidad en el embarazo con abortos recurrentes. Estos coágulos de sangre pueden formarse en piernas, pulmones y otros órganos, causando, en algunas ocasiones, ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares u otras afecciones.

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La causa del SAF se presenta cuando el sistema inmunitario produce, por error, anticuerpos que aumentan las probabilidades de que se formen coágulos en la sangre. Estos anticuerpos, por lo general, protegen al cuerpo frente a invasores como los virus y bacterias. Así mismo, puede ser causado por una enfermedad latente, como un trastorno autoinmunitario.

Para este síndrome, en particular, no existe una cura, pero los medicamentos pueden reducir el riesgo de que se formen más coágulos en la sangre. En detalle, los signos y síntomas del SAF, de acuerdo con el artículo del Mayo Clinic se manifiestan en:

• Sarpullido: Este aparece como una erupción roja, similar a una red.

• Coágulos de sangre en las piernas: Estos coágulos son conocidos como 'Trombosis venosa profunda', sus signos incluyen dolor, hinchazón y enrojecimiento, o dolor de pierna o brazo.

• Accidente cerebrovascular: Ocurren en una persona joven con SAF, pero sin factores de riesgo conocidos para las enfermedades cardiovasculares. Este inicia con un coágulo en el cerebro causando debilidad, parálisis de cara, brazo o pierna. Además de dificultad para hablar, alteraciones visuales y dolor intenso de cabeza.

• Accidentes isquémico transitorio: Se manifiesta con síntomas similares al accidente cerebrovascular. Por lo general, dura unos minutos y no causa un daño permanente.

• Abortos espontáneos: Que entre otras complicaciones puede aparecer presión arterial (preeclampsia) y parto prematuro.

• Embolia pulmonar: Si se diagnóstica un coágulo en el pulmón, se puede sentir como falta repentina de aliento, dolor de pecho y tos con moco manchado de sangre.

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Según los expertos, lo recomendable es asistir a consulta médica inmediata si se perciben alguno de estos síntomas. Por otro lado, es importante destacar que también existen signos que no son tan comunes como dolores de cabeza crónicos (incluyendo migrañas), demencia y convulsiones, daños en las válvulas cardíacas, entre otras complicaciones.

El anticoagulante lúpico (AL) es un marcador que puede ser utilizado para el diagnóstico del SAF, sin embargo, no necesariamente indica que el paciente tenga el síndrome, para obtener un resultado completo se requiere de pruebas adicionales. Por esto, la Sociedad Internacional de Trombosis y Hemostasia (ISTH) determinó que para la investigación de AL se realicen dos pruebas basadas en principios diferentes y en tres etapas: (i) screening, la cual consiste en un tamizaje; (ii) mixing, también llamada como ‘prueba de mezcla’; y el (iii) y último es el paso de confirmación.

'Este es un síndrome que no debe subestimarse, lo mejor es no pasar de alto estos síntomas y factores de riesgo. Nuestro rol como empresas del sector salud es hacer énfasis en la importancia de buscar atención médica inmediata para un diagnóstico y tratamiento adecuado ante la primera presencia de síntoma, destacando el tiempo como un factor determinante para la evolución de la enfermedad y contrarrestar la producción de más coágulos que compliquen el bienestar y salud del paciente' menciona Hélida Silva, directora de Asuntos Médicos para Siemens Healthineers, Latinoamérica.

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