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Cuatro años después de Tiempos recios, Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura 2010, regresa a la novela con Le dedico mi silencio, que llegó a las librerías este jueves bajo el sello editorial Alfaguara.

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La ficción y el ensayo se entremezclan en una obra en la que el autor peruano vuelve sobre un tema que le obsesiona desde hace años: el de la utopía; pero, en este caso, de una utopía cultural con la música peruana como núcleo y pretexto.

El tema central de esta novela es la música criolla peruana, un aspecto que parece novedoso en su obra pero que en realidad no lo es. La música ha tenido una gran importancia en algunas de sus novelas, por ejemplo, en ¿Quién mató a Palomino Molero? o en La tía Julia y el escribidor.

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Allí aparecen Palomino Molero, que era un guitarrista de música criolla, y en La tía Julia, Crisanto Maravillas, otro cantante de valsecitos peruanos. Tal vez esta era la novela que le faltaba por escribir, una en la que el tema central fuera la música criolla.

Sin duda una narración que cautivará a los lectores en la expresión hispana de la música y la consecutividad de esta.

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