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Con una puesta en escena que es capaz de involucrar todos los sentidos, la 6ta versión de la Bienal Internacional de Danza de Cali abrió su telón en la capital del Valle del Cauca.

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Y es que en una composición completa musical de la sinfónica de Cali el auditorio se llenó no solo de las voces sino también del sonido de los instrumentos que narraban en progresividad lo transcurrido de la vida.

A su vez, la lucha por la misma necesidad de vivir se hace presente en el auditorio, que llenó de espectadores, sería asaltado por el poder de la danza que en cadencias de palmas pies crearía fuentes de comunicación corporal mezclando el sonido con el cuerpo.

A pasos ligeros el espectáculo daría cuenta de una historia que aunque pareciera suelta, está atada a la necesidad de ser interpretada en la libertad de los criterios y orientada a comprenderse desde las sensaciones individuales y la conciencia colectiva.

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Cambios de vestuario que comienzan con la intensidad de los rojizos y sus matices llegados al vino simulando nacimiento y fuerza, hasta el dolor profundo que deja la soledad de la muerte, una lucha que da nombre a la obra ‘Pacífico Entundao’.

En su desarrollo la obra narra la leyenda popular de la Tunda, el místico personaje que ‘entunda’ o hechiza a los pobladores y los extravía durante su camino a su hogar.