Compartir:

Enmarcada en la espontaneidad de las pasiones que distinguen el buen gusto, la estética, la experiencia, pero sobre todo el talento, Elsa Gutiérrez de Piñeres ha consolidado una carrera ilustre en el arte a través de la fe, aquella que con reverencia y respeto siempre se ha arriesgado a creer en aquellos que lo merecen.

Leer más: Una década sin El Cacique, ¡Qué vacío tan grande!

Desde muy niña su hogar estuvo inmerso en dinámicas un tanto diferentes a las del resto de las casas, y aunque su madre tocaba piano y creció con el sonido de la gala musical, entre ocho hermanos no fue tan sencillo dedicarse a ello.

Sin embargo, a esto le asume que la sensibilidad por lo sutil y armonioso permaneció, pues con el paso del tiempo las composiciones de la vida se alinearon para llevarla justamente al lugar en el que merecía estar.

Le puede interesar: Un Manuel Turizo lleno de magia regaló un concierto a su Montería