Irene Martínez nació el último día de 1923 y aunque es un siglo el que ha corrido desde entonces, su voz y legado folclórico se ha mantenido en el tiempo, siendo bailado por los jóvenes durante la temporada de Carnaval especialmente.
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Oriunda del corregimiento de Gamero, jurisdicción del municipio de Mahates en Bolívar, Irene supo tocar la gloria cuando ya rozaba los 60 años de edad integrando Los Soneros de Gamero grupo en el que inmortalizó su voz por años.
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El lobo, La bomba, Mambaco, Está sabroso, A pilar arroz y el polémico Se va se va, que le costó su amistad con su prima y otra majestuosa cantadora La niña Emilia, son algunas de esas canciones que, precisamente, por estos días empiezan a sonar con mayor fuerza, pues su voz y el ritmo invitan, aunque no haya una destreza, a levantarse de la silla, buscar maicena y mover los pies al son de la percusión.
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Ahora, cuando estaría cumpliendo cien años esta sublime cantadora es menester recordar su legado que perdura hasta nuestros días y las siguientes generaciones seguirán, seguramente, gozando y disfrutando de su ‘guapirreo’.
