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Gobernada por la creatividad misma de las combinaciones de los colores que se traducen a la composición de los espacios, María Alejandra Garcés Roig, ha construido una carrera alrededor del diseño colaborativo, el cual pretende de manera sencilla convertirse en una conversación basada en la experiencia.

Más allá de su talento natural por la pintura en el que desde niña y hasta hoy aún explora de manera inquieta las posibilidades que brindan los abstractos y figurativos, la barranquillera conserva en sí un deseo particular por promover el bienestar como un estilo de vida.

Y es que era imposible no verlo así. Su infancia se desarrolló entre muebles, ubicada en una familia llena de ebanistas que heredaron del bisabuelo español el arte de trabajar con las manos, esta se sintió impulsada a descubrir su propio talento.

'Desde muy pequeña siempre estuve conectada con el arte, de hecho después del colegio lo que hacía era ir a tomar clases de arte y pintura, lo cual me encantaba porque sentía que era mi momento de conexión con mi creatividad'.