Con velos oscuros que cubren sus rostros y lágrimas ficticias que parecen tocar sus mejillas, la reina Melissa Cure junto a otras viudas lloran la partida de Joselito, expresando en su luto el sentir de toda Barranquilla.
Durante cuatro días de parranda desenfrenada, Joselito es el alma de la fiesta, deleitándose en los placeres que el Carnaval tiene para ofrecer. Sin embargo, al final de la celebración, su cuerpo yace inerte, siendo llorado y velado por muchas viudas alegres que compartieron con él los días de celebración.