Han transcurrido diez años desde que se despidió del mundo terrenal, una de las plumas más importantes del mundo. Sin embargo, esto no ha sido impedimento para que el legado del Nobel de Literatura Gabriel García Márquez perdure en aquellos que se dejaron conquistar por su Realismo Mágico.
El 17 de abril de 2014 dijo adiós quien aún en su ausencia logró sorprender al universo literario con el lanzamiento de su obra póstuma En agosto nos vemos, lanzada el pasado 6 de marzo. En cada línea, en cada palabra, Gabo sigue vivo y así lo han recordado sus más grandes admiradores.
Es por ello que en Barranquilla, ciudad en la que contrajo matrimonio y fue fiel testigo de sus aventuras literarias, también se le realizó un homenaje en conmemoración a la primera década de su muerte.
La Plaza de la Aduana, allí donde reposa una escultura en su honor, fue el punto de encuentro para estudiantes, ciudadanos y todos aquellos apasionados por las letras de Gabo.
Una de las personas que hizo presencia fue el gobernador del Atlántico, Eduardo Verano De La Rosa, quien rememoró la importancia de Gabo en el departamento.
'En el Caribe, Gabo se nutrió de las historias de los abuelos y de leyendas ancestrales. Es cierto que nos produce nostalgia recordar al maestro, al creador de un mundo fantástico como el de Macondo, sin embargo, nos da una inmensa satisfacción saber que vivió en nuestra ciudad, en nuestra Barranquilla, que recorrió las calles del centro y cuando niño residió con su familia en Barrio Abajo, ahí terminó su educación primaria y también cursó dos años de bachillerato en el Colegio San José', dijo el gobernador.
Cerró su discurso con una anécdota que ilustra la genialidad de García Márquez, enfatizando su legado como escritor y como ícono del Caribe.
'Siendo un joven periodista en EL HERALDO lo invitaron a dar un discurso para coronar a una reina del carnaval en el municipio de Baranoa, Atlántico, en febrero del año 50 y lo aceptaban porque en su ingenio, dio el discurso más corto del mundo'.