El domingo 26 de mayo de 1957, hace 67 años, nació Diomedes Díaz Maestre, exactamente en Carrizal, jurisdicción de La Junta, municipio de San Juan del Cesar, La Guajira, y para llegar a este territorio se recorre un camino inhóspito que surcan dos ríos. A su alrededor todo es dominado por animales silvestres, mientras que la brisa se pasea a sus anchas.
El paisaje es acogedor, y todavía está la muestra de aquel lugar donde vino al mundo el artista más grande que ha dado la música vallenata, conocido como ‘El cantor campesino’. Las medidas del vetusto rancho que acusa el paso de los años son de cuatro metros de ancho, por seis de largo; y aún se conservan los estantes, el techo de zinc y el piso agrietado.
En esa dimensión se encierra el tesoro que en aquel tiempo tuvo la pareja conformada por Rafael María Díaz Cataño y Elvira Antonia Maestre Hinojosa, quienes se abrieron paso con trabajo y dedicación, esperando que la vida les sonriera con su carga de 10 hijos, cinco hombres y cinco mujeres.
A pesar de que la estrella del futuro no alumbraba lo suficiente para Diomedes Díaz, con el paso de los años el joven pueblerino brilló con luz propia, y se convirtió en el artista que se impuso contra todos los pronósticos. Cantidad de veces lo vieron nadando contra la corriente, teniendo varias caídas hasta llegar a triunfar como lo relató en una de sus canciones.
En aquellos días llenos de incertidumbre, nadie daba un peso por ‘El chivato’, remoquete que le pusieron porque desafinaba al cantar. En su propio terruño corría el comentario que Diomedes desafinaba más que una campana de barro, pero con esfuerzo, talento natural y dedicación, les ganó a los jueces del canto vallenato.
Precisamente en La Junta, su paisano, Luís Alfredo Sierra, salió en su defensa señalando que levantara la mano quién no hubiera cometido ni medio error en la vida. “Si aparece lo llevo en hombros de La Junta hasta Roma, y le entrego la medalla del más correcto del mundo. Ese premio se lo lleva lejos, Jesucristo”, remató su comentario.
La historia musical de ‘El Cacique de La Junta’, es ampliamente conocida porque estuvo rodeado de excelentes acordeoneros, sus producciones musicales fueron las de mayor venta, y las canciones de su autoría se convirtieron en clásicos vallenatos, donde la mayoría de veces contó historias de su vida e incontables amores que siempre adornaron su pensamiento.