Su vida era un Carnaval, de esos interminables, que se extendían por más de cuatro días, donde el corazón sabía lo que era latir al ritmo de tambores.
Nada podía apagar la sonrisa que Lisbeth Díaz Flórez entregaba en cada saludo hasta que el fatídico día llegó. Inesperado, fulminante y enlutando a toda una comunidad carnavalera.
Este viernes, el órgano vital de la periodista dejó de funcionar. Aunque los garabatos estuvieron presentes en toda su trayectoria, recordándole que la vida podía vencer a la muerte, un paro cardiorrespiratorio produjo que a sus 55 años se despidiera de un mundo terrenal que siempre supo adornar con su calidez y bondad.
Sin saberlo, estaba viviendo su última semana. El lunes 27 de mayo, Díaz sufrió una caída cuando se dirigía a su lugar de trabajo en inmediaciones a la carrera 50 con calle 53. Allí sus compañeros de trabajo llegaron a asistirla y la trasladaron hasta la Clínica del Caribe, donde le confirmaron que se había “fracturado la rodilla, un hombro y se partió una ceja”.
Gracias a los buenos resultados de los exámenes médicos tuvo autorización para que fuera trasladada a su casa este viernes. Sin embargo, al llegar a su residencia se empezó a sentir mal y fue llevada hasta la clínica La Asunción, donde alrededor de las 6:00 p.m. se confirmó su deceso.