Compartir:

Hace 29 años Diomedes Díaz contó en la canción de su autoría ‘Un canto celestial’ que el acordeonero Juan Humberto Rois Zúñiga, le había hecho un bonito regalo llenándolo de la más grande alegría. Se trató de una estatua de la Virgen del Carmen y además reveló el lugar donde la tenía. “Me regaló Juancho Roís la virgen me regalo la Virgen del Carmen, y ahora, la tengo en Carrizal, la tierra, donde yo nací”

Lea: “El público siempre se mantendrá un poco desequilibrado”: Melanie Marnich

Lea: Virgen del Carmen, una devoción que trasciende generaciones

En aquel momento y con esa pista había que ir a buscarla y el recorrido se inició en Valledupar llegando a San Juan del Cesar, La Guajira, después al corregimiento de La Junta, emprendiendo finalmente el camino a Carrizal. Para llegar a la finca ‘Los brasilitos’ después de abrir el portillo ubicado a un lado de la vía, se recorrieron exactamente 20 minutos a pie, pasando por un camino agreste y quebrado donde se sentía el olor a campo que se impregnaba en la piel.

La aventura culminó al ver a la distancia una casa donde al llegar el recibimiento lo hizo una señora, brindando esa mañana una especial atención con un tinto caliente y galletas de soda. Enseguida preguntó, el motivo de la visita y al contarle aceptó.

Lea: Las celebridades alentaron en las gradas y en la cancha a la ‘Sele’

Es así como en la sala de la cómoda casa estaba la Virgen del Carmen, la misma citada en la canción  rodeada de flores, velas, afiches, una Biblia y tenía tapada la corona con un sombrero vueltiao que el propio Diomedes Díaz, le puso el día que la llevó. En aquel instante entre todos se hizo una oración.

Lea: “Gracias Colombia por llenarnos de tanta emoción”: Shakira

Enseguida tomó la palabra Ana Mercedes González, quien con uno de sus hijos cuidaba la finca. “Diomedes trajo la Virgen del Carmen. Desde ese momento la limpiamos, le ponemos sus velas, flores, le rezamos con fe y devoción. Ella nos cuida y libra de todo mal”.

Al indagarle sobre las visitas de Diomedes a ese lugar, señaló. “Él vino acá varias veces y siempre decía que la virgen se la había regalado Juancho Rois. Cada vez que llegaba se arrodillaba, lloraba, rezaba y hasta le pedía muchas cosas a la Virgen del Carmen”. Enseguida manifestó que la devoción de ‘El Cacique de La Junta’ a la santa patrona era única. “Él fue un fiel devoto y ella lo protegió”.

Al regresar con la historia recogida en el propio terreno, se calcó la radiografía de ‘El cantor campesino’, ese que supo batirse a canto limpio y con la inspiración que nunca le faltó para ganarse el más grande lugar de honor en la música vallenata. Y lo logró sacando a relucir una célebre frase: “Virgen del Carmen dame vida, dame salud, que lo demás lo resuelvo yo”.