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Como una “abogada de profesión y artista de corazón”, así se define la barranquillera Ana Camila Hernández Moncada, quien a sus 25 años, se encuentra por Europa dándole rienda suelta a lo que realmente mueve su mundo, la pintura.

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A esta abogada especialista en Derecho Constitucional, la pandemia le mostró el camino a seguir, luego de que atravesara por una situación muy compleja a nivel emocional. Su mejor terapia fue pintar, lo hacía en las macetas y en el interior de estas sembraba cactus, por lo que adoptó como nombre artístico ‘Cactussana’.

Con una idea clara sobre los pasos que quería seguir dando, en 2022 renunció a su trabajo como abogada y empezó a estudiar Pintura en la Escuela Distrital de Artes (EDA). Un año más tarde, tuvo la oportunidad de ser coordinadora de proyectos de la Fundación Puerto Colombia, rol desde el que entendió la importancia de crear espacios y proyectos de intervención social y comunitaria, siendo el turismo cultural el eje principal para la conservación de la historia y el patrimonio.

Sin embargo, no sabía cómo direccionar sus pasiones, ser artista y asesora de proyectos, pero en el 2023 gracias al portafolio de Estímulos de la Secretaría de Cultura de Puerto Colombia, pudo realizar su primer mural en Salgar, encaminando al arte como una herramienta para crear redes de apoyo y fortalecer la comunidad.

“Noté lo indispensable que era democratizar el arte y la cultura, descentralizando el turismo y esto me lo permitió el muralismo, llevar el arte a zonas rurales. Ahí mi sueño comenzó a tomar un camino y una estructura”, explica la joven artista.

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Este año fue becada por Fontur, la Fundación Panaca y el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo para realizar el Diplomado de Turismo Rural Sostenible, lo que le permitió conocer el campo colombiano y reconectar con sus raíces campesinas.