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Hernando José Marín Lacouture, quien el 5 de septiembre de 1999, hace 25 años, cerró sus ojos para siempre, le hizo canciones a su querida Guajira con aristas en distintos pueblos, a las desigualdades en su territorio las graficó de manera directa, también a las mujeres las pechichó en su noble corazón, siendo su mayor aspiración fue ver juntas a una blanca con una negra.

En ese recorrido por la inspiración del hijo de El Tablazo, La Guajira, nacido el primero de septiembre de 1944, aparece un episodio que marcó su vida y que lo hizo llorar sin parar. Una vez, notó que los días se sumaban a los meses dándole paso a los años, y sus muchachitas Anacelis y Ana Tatiana Marín Corrales, iban creciendo.

Entonces queriendo atajarlos intentó poner sus manos como barrera, pero amanecía más temprano como si el tiempo tuviera carrera y las horas le hicieran el juego. Ante ese hecho irreversible  dejó constancia en el canto ‘Mis muchachitas’ grabado en 1993 por los hermanos Zuleta, donde plasmó su amor por sus hijas que lo recuerdan como ese padre de temperamento fuerte, pero amoroso y consentidor.