Transportarse a la Venecia del Siglo XVIII fue posible gracias a una versión performática de las Confesiones de Casanova presentada por el Príncipe Maurice Agosti, Maestro de Ceremonias y Embajador oficial del Carnaval de Venecia, en el marco de la Cátedra Europa 2024.
El espectáculo teatral incluyó canciones de la época en donde logró evocar el esplendor y la extravagancia de los tiempos de Giacomo Casanova.
El príncipe interpretó al famoso seductor veneciano con una mezcla de ironía y profundidad, dirigiéndose al público con un monólogo lleno de humor, reflexión y picardía.
“Soy hijo de un noble, ilegal”. Con su característico estilo, relató cómo, a pesar de sus orígenes, siempre imaginó que era un noble en la corte, que marcaba la diferencia no solo en los círculos sociales, sino también en la intimidad.
“Yo soy príncipe, yo soy lo que hace la diferencia en la corte, lo que hace la diferencia en el grupo, lo que hace la diferencia en la cama”.
Incluso comparó su destino con el de la icónica figura de la Marimonda, símbolo del Carnaval de Barranquilla. “¿Tienes un nombre de familia aristocrática? No, Marimonda y basta”, expresó, haciendo una comparación entre su vida llena de normas y restricciones, y la libertad con la que vive esta figura popular carnavalera.
Fascinación por la Marimonda
Durante su presentación, nunca dejó de hablar con una máscara de la marimonda, de la cual confesó haberse enamorado.
“La Marimonda me encanta porque es transgresiva, igual que Casanova, quien, para su tiempo, era transgresivo por ser libre de pensamiento y acción”, dijo a EL HERALDO.
Agosti encontró en la Marimonda un paralelismo con el famoso seductor veneciano. “La Marimonda, aunque un poquito más vulgar, es una máscara simpatiquísima”.
Su interacción con el público fue un aspecto que también destacó: “La empatía con los jóvenes, maravillosa. Yo soy feliz de esta capacidad de comunicar y de ser comunicado por todos”.
Le puede interesar: Reconocido periodista le dice adiós a Noticias Caracol tras 26 años
Y es que se supo pasear por el Salón Alejandro Obregón con un atuendo de estilo histórico, propio del siglo XVIII veneciano, que coincide con el personaje de Casanova que interpretó.
Llevó una chaqueta larga de tono beige o con detalles y botones en el frente, evocando la moda aristocrática de esa época.
Además, combinó su vestimenta con medias blancas que cubren hasta debajo de la rodilla y zapatos plateados. Además, portó una peluca blanca, característico de la nobleza de esa era.
Cuando se le preguntó sobre las similitudes entre el Carnaval de Venecia y el de Barranquilla, el Príncipe subrayó un elemento clave: la transgresión.
“La base de todos los carnavales del mundo es la transgresión, el momento de libertad político, moral y de costumbres. Era necesario para vivir la vida cotidiana. En un período del año es necesaria la locura”, explicó, recordando la famosa frase en latín: Semel in anno licet insanire (Una vez al año se permite ser loco).