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La reciente detención de Sean ‘Diddy’ Combs, reconocido productor de la música estadounidense, por cargos de crimen organizado, tráfico sexual y otros delitos vinculados a la prostitución y el abuso de menores, ha generado una gran controversia que está sacudiendo la reputación de muchos artistas que alguna vez fueron cercanos a él.

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Entre los más afectados se encuentra Beyoncé, cuya fama internacional la coloca en el ojo del huracán. La diva de la música ha sido un habitual rostro en las ostentosas fiestas organizadas por Diddy, eventos en los que, según testimonios, se habrían cometido abusos y violaciones. Esta conexión ha provocado que muchos se cuestionen cómo los asistentes no pudieron haber estado al tanto de las prácticas oscuras que tenían lugar en esos encuentros.

El escándalo se intensificó con la circulación de teorías en redes sociales que apuntan a la canción She Knows de J. Cole, la cual, según algunos, hace alusión directa a la conocidísima artista, insinuando que ella era consciente de los turbios asuntos de su colega.

Este revuelo ha impactado a Beyoncé de manera drástica, quien ha visto cómo su número de seguidores ha disminuido en más de un millón en cuestión de horas. La artista, inicialmente contaba con 320 millones de seguidores y a la fecha se ven reflejados 315 millones.

Además, la letra de la canción menciona a artistas icónicas como Aaliyah y Left Eye, ambas ganadoras de Grammy que, trágicamente, perdieron la vida en accidentes posteriores a su éxito. Este paralelismo no ha pasado desapercibido para quienes defienden la teoría, destacando que ambas también fueron nominadas en la misma categoría que Beyoncé y que, al recibir sus premios, no mencionaron su nombre.

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A pesar de que no hay pruebas concretas que vinculen a la cantante con las acciones de Diddy, el hecho de que She Knows ya no esté disponible en YouTube, junto con la influencia que tanto Beyoncé como su esposo ejercen en la industria musical, ha encendido las llamas de este escándalo. La situación se asemeja a verter gasolina sobre un fuego ya ardiendo, dejando a la estrella del pop en una posición sumamente delicada.