Compartir:

La sonrisa de su rostro parece ocultar la batalla que a diario debe lidiar. Con 37 años, Carmen Gutiérrez es una madre cabeza de hogar que cuida sola de sus dos hijos: Mateo y Valentina. A simple vista, su vida podría parecer normal, pero lo cierto es que intenta librar una lucha contra el agotamiento y el ‘burnout parental’, un fenómeno cada vez más frecuente, pero poco visibilizado.

Lea aquí: La generación que prefiere escribir a hablar por llamada

Desde que el reloj marca las 5:30 a.m., Carmen entra en una vorágine de responsabilidades que parecen no tener fin. Sus días comienzan con la preparación del desayuno y la organización de los niños para la escuela.

El padre de Mateo y Valentina se marchó hace tres años, y desde entonces, ella se ha convertido en el único pilar de su familia.

“La ausencia de su padre ha sido difícil. Trato de ser todo para ellos, pero a veces siento que me estoy quedando sin fuerzas”.

El término ‘burnout parental’ describe a la perfección el estado en el que Carmen se encuentra. Y es que la Médica Psiquiatra Mónica Avendaño explica que esto se traduce en el cansancio físico y mental de los padres en la crianza de los hijos.

Carmen trabaja en una tienda de ropa del centro de la ciudad, donde su jornada laboral comienza a las 8:00 de la mañana y no termina hasta bien entrada la tarde. Al llegar a casa, sus deberes como madre no cesan. Ayudar con las tareas escolares, preparar la cena y asegurarse de que los niños se acuesten a una hora razonable son solo algunas de las tareas que la esperan.

“A veces, cuando finalmente tengo un momento para mí, solo quiero llorar, pero saco fuerzas de donde no las tengo todos los días porque ellos ahora son mi razón de ser”.

Lea también: “Sueño con que ningún niño esté desescolarizado”

¿Cómo detectarlo?

En las innumerables responsabilidades que conlleva la crianza, muchos padres y madres pueden encontrarse atrapados en una espiral de agotamiento emocional y físico conocido como burnout parental.

Según la Médica Psiquiatra Mónica Avendaño, uno de los signos más evidentes de burnout parental es la desvinculación afectiva de los hijos.

“Un papá y una mamá pueden reconocer que tienen burnout parental porque se sienten desvinculados afectivamente de sus hijos; el placer que siempre les ha producido relacionarse con ellos, se disminuye”, explica.

Este distanciamiento emocional surge cuando la crianza comienza a percibirse como una carga que roba tiempo y energía, impidiendo el desarrollo personal y profesional de los padres.

La exigencia constante de la crianza y orientación de los hijos puede ser abrumadora.

“Los padres sienten que esta crianza les roba tiempo para ellos desarrollarse como personas, profesional y laboralmente hablando, ya que la demanda es exigente y les resta energía y tiempo para sí mismos”.

Y es que la carga de ser la única proveedora y cuidadora es inmensa. Carmen ha buscado apoyo en grupos de madres solteras y en la comunidad, pero a veces se siente incomprendida. “Es difícil encontrar a alguien que realmente entienda lo que es no tener un respiro. Gracias a Dios tengo a mi madre, pero no me gusta abusar de ella”.

Lea aquí: Sean ‘Diddy’ Combs, el rapero que desata el ‘Me Too’ de la música

Consecuencias

El fenómeno del burnout parental no solo afecta a los padres, sino que tiene repercusiones profundas y duraderas en toda la familia. Para entender mejor este agotamiento, citamos a la psicóloga con formación en parentalidad, Marysel Mercado, quien compartió los resultados de un estudio realizado en Chile.

Este estudio, centrado en madres, utilizó una escala para medir cuatro aspectos clave del burnout parental: agotamiento, saturación, distancia emocional y contraste.

El primer aspecto medido fue el agotamiento, definido como sentirse extenuado física y emocionalmente por las responsabilidades de la crianza.

“Este agotamiento afecta profundamente la capacidad de los padres para cumplir con sus roles, llevándolos a un estado de desgaste total”.

También existe el contraste, que es la sensación de que la expectativa ideal de ser padre o madre está completamente lejos de la realidad.

“Este contraste genera una profunda sensación de culpa en los padres, al sentirse incapaces de alcanzar sus propias expectativas”, explicó.

Lea también: Así es la serie que se rodó en Barranquilla para Disney

Las consecuencias del burnout parental son alarmantes. Un padre o madre agotado física, emocional y mentalmente es propenso a enfermedades tanto físicas como mentales. “Estos padres pueden desarrollar respuestas de irritabilidad y agresividad, y aunque no sea su intención, pueden caer en maltrato físico o verbal”.

Los niños criados por padres que sufren burnout parental también enfrentan graves consecuencias. “Estos niños pueden ser desatendidos o agredidos, generando una historia de dolor y trauma alrededor de su crianza”.

“Los padres no se priorizan”

Pero, ¿Qué es lo que contribuye a que los padres no se prioricen y, en consecuencia, caigan en el agotamiento extremo?

Uno de los principales factores es la falta de tiempo. “Los padres a menudo se encuentran atrapados en una rutina frenética que les deja poco o ningún tiempo para sí mismos”, dijo la psicóloga Tatiana Martínez.

Otra barrera significativa es la creencia errónea de que el autocuidado es egoísta.

“Existe una percepción equivocada de que atender las propias necesidades es un acto de egoísmo, cuando en realidad es esencial para mantener la salud mental y emocional”.

Lea aquí: El Nobel de Química es para tres científicos que ayudaron a descifrar el código de las proteínas

Las redes sociales y las normas culturales también juegan un papel crucial en la exacerbación del burnout parental. “Las redes sociales proyectan la imagen de padres perfectos, lo que aumenta la presión y la autocrítica”.

¿Qué hacer si pasa por esta situación?

Para enfrentar y prevenir el burnout parental, la Médica Psiquiatra Mónica Avendaño, sugiere varias estrategias claves: mantener un diálogo abierto y constante ayuda a comprender y resolver problemas antes de que se conviertan en crisis. “Tanto padres como hijos deben estar dispuestos a identificar y corregir sus errores de comportamiento, promoviendo un ambiente de aprendizaje y crecimiento mutuo”.

También enfatiza en que los padres deben evitar imponer reglas de manera autoritaria y, en su lugar, negociar desde un razonamiento inteligente, fomentando el respeto y la comprensión. “Hay que expresar afecto de manera verbal, emocional y física de forma permanente, esto fortalece los lazos familiares y el bienestar emocional”.

Es fundamental que padres e hijos reconozcan la necesidad de tiempo y espacio individual.