El 2021 marcó un antes y un después en la vida de Katherine Anichárico. Con 39 años, fue diagnosticada con cáncer de seno en su fase más avanzada. En medio de su embarazo enfrentó una difícil batalla.
Todo comenzó cuando, con tres meses de gestación, Katherine sentía fuertes dolores de espalda que le impedían caminar. Lo que parecía un síntoma relacionado con su embarazo, pronto se convirtió en un diagnóstico devastador: cáncer de seno en fase 4 con metástasis en la columna y el hígado.
Los médicos le dieron una semana de vida. Su mundo se sacudió. La esperanza de traer una nueva vida al mundo se vio truncada cuando su pequeña falleció a los seis meses de embarazo. “Mi niña nació muerta y fue un dolor bastante grande”.
A Katherine le realizaron 10 radioterapias y 20 quimioterapias. Los médicos no creían que sobreviviría y no le realizaron más intervenciones porque consideraban su caso irremediable.
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“Perder el cabello para una mujer es difícil, pero aprendí a vivir con eso. Sabía que se me iba a volver a caer, pero lo pinté igual. Hoy me ha crecido, rizado y corto”.
El proceso fue duro. La pérdida de su bebé dejó una dura marca que quizá nunca desvanecerá, pero decidió transformar el dolor en fuerza.
“He decidido vivir mi vida normal, sin restricciones. Voy al gimnasio, me gusta ir a la playa, me gusta rumbear, trato de vivir mi vida tranquila, como si no hubiese sido diagnosticada”.
Y es que el cáncer de mama es la proliferación anormal y desordenada de células mamarias malignas que conduce al crecimiento descontrolado de un tumor dentro de la mama, el cual tiene la capacidad de invadir a otros órganos.
En Colombia, según los análisis realizados por la Cuenta de Alto Costo, al 31 de agosto de 2023 se informaron 107.181 casos prevalentes de cáncer de mama en las mujeres.
Durante el periodo comprendido entre el 2 de enero de 2022 y el 1º de enero de 2023, se reportaron 9.716 casos nuevos, siendo el más frecuente entre 11 tipos de cáncer priorizados.
La autoexploración es clave
Aunque los avances médicos han mejorado las tasas de detección y tratamiento, sigue habiendo confusión sobre la mejor manera de detectar la enfermedad de forma temprana. De acuerdo con Martha Marrugo, ginecóloga obstetra, la investigación no ha mostrado un beneficio claro de realizar exámenes físicos de los senos de manera habitual, ni por un profesional de salud ni por las propias mujeres.
“Hay muy poca evidencia que indique que los exámenes clínicos o autoexámenes regulares ayuden a detectar el cáncer de seno tempranamente cuando las mujeres ya se hacen mamogramas de detección”.
De hecho, la ginecóloga resalta que muchas veces el cáncer de seno se detecta por los propios síntomas, como una masa o protuberancia, que las mujeres descubren durante actividades cotidianas como bañarse o vestirse.
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“Es esencial que las mujeres se familiaricen con la manera natural en que lucen y se sienten sus senos, y que informen inmediatamente a sus médicos cualquier cambio que noten”.
Así fue para Martha Cecilia Palacio el 15 de abril de 2021. Lo que comenzó como una rutina diaria de cuidado personal, aplicándose crema en su cuerpo, se convirtió en el inicio de una noticia inesperada.
“Me estaba aplicando la crema y me sentí una bolita en el seno derecho, al lado del pezón. Desde ese momento supe que había algo raro y sin dudarlo programé una cita con mi médico general”.
Tras las pruebas de rigor (ecografía y mamografía), los resultados fueron desconcertantes: había un tumor en su seno derecho. La biopsia confirmó sus temores, y mientras procesaba esta noticia, algo más inquietante comenzó a suceder.
“Al mes, me sentí en la axila izquierda dos bolitas que subían y bajaban”. Esta vez, el diagnóstico fue aún más devastador. Los médicos le informaron que tenía cáncer en ambos senos. Era un caso de cáncer de mama bilateral, una condición menos común, pero igual de peligrosa.
“Después de ser diagnosticada, pues sentí todo el apoyo de mi esposo, el apoyo de mi familia, los más cercanos, sobre todo mi esposo y mi hijo, que nada más tengo un solo hijo, y eso me llenó de mucha fortaleza y de motivos para vivir”.
Siguen las esperanzas
A sus 26 años, Laura Cantillo se realizaba su autoexamen de rutina cuando notó una pequeña masa en su axila. “Siempre me revisaba mientras me bañaba, y gracias a esa costumbre pude detectar algo que no estaba bien”.
Al final, los estudios confirmaron el diagnóstico: carcinoma en etapa 2. “Nadie está preparado para recibir una noticia así, y menos cuando eres tan joven. Fue algo que me sacudió profundamente”, contó.
A pesar de haber completado la quimioterapia, su lucha no ha terminado. Aún sigue bajo tratamiento hormonal, tomando medicación en pastillas y recibiendo inyecciones.
El cáncer le obligó a hacer cambios drásticos en su vida. Cambió sus hábitos, cuidó más de su salud y, sobre todo, aprendió a valorar cada pequeño momento.
“No es fácil, pero he tenido que reconstruir mi vida alrededor de esta enfermedad. Aprender a convivir con ella mientras sigo luchando porque no hay opción de rendirse”, relató Cantillo.
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Ojo a los factores de riesgo que conlleva esta enfermedad
Según Martha Marrugo, ginecóloga obstetra, aunque se desconocen las causas del cáncer de mama, hay factores que se pueden controlar. “Algunos son ser mujer, la edad y la genética. Otros factores, como la falta de ejercicio, fumar cigarrillos y comer ciertos alimentos, se pueden modificar cambiando el estilo de vida”.
Los antecedentes familiares también juegan un papel crucial. “Las mujeres con familiares cercanos (en especial, hermanas, madres o hijas) que han recibido un diagnóstico de cáncer de mama tienen un riesgo mayor de padecer la enfermedad. Genética: Se cree que entre el 5 % y el 10 % de los casos de cáncer de mama son hereditarios, causados por genes anormales que se transmiten de padres a hijos”.
La Liga Colombiana Contra el Cáncer, sus Seccionales y Capítulos, lanzan su campaña ‘¡Porque las quiero, las cuido!’, una iniciativa que fomenta la detección temprana del cáncer a través del autocuidado y el amor propio hacia su cuerpo y sus senos.