Capaz de tejer sueños, el color rosa es el hilo que ha construido historias de fortaleza, resiliencia y vida. Es el que representa la lucha del cáncer de mama que cada 19 de octubre es recordada.
Es por ello que en el marco de Barranquilla es Moda, el Pabellón de Cristal fue todo un escenario rosa donde se reunieron diseñadores, mujeres tejedoras y sobrevivientes de esta enfermedad para transmitir un mensaje de fuerza, valentía y solidaridad.
Las luces se encendieron para ver en pasarela a 18 guerreras que lograron vencer aquel tumor maligno que una vez se apoderó de su cuerpo.
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Previo a que estas mujeres se apoderaran del escenario, la primera dama del Distrito, Katia Nule, destacó la realización de Barranquilla es Moda como un evento de ciudad que busca reactivar la economía de las personas que hacen parte de esta industria y que este sábado pudo fusionarse con un día de tributo color rosa.
“Hoy teníamos que hacer este evento, porque es un día clave. Es la pasarela rosa, pero también es un espacio para conversar, para aprender y para apoyarnos mutuamente”.
Aprovechó para enviar un mensaje a todas las barranquilleras para que presten más atención al autocuidado e implementen una vida saludable.
“Hoy queremos hacer un llamado a todas las mujeres barranquilleras a cuidarse, a hacerse sus chequeos y a priorizar su salud. Nos necesitamos sanas y fuertes”.
Grandes tejedoras
Un total de 300 mujeres del Club de Tejedoras hicieron presencia para regalar gorros rosa a cada una de las mujeres sobrevivientes.
Bajo la dirección de Mercedes Botero, lograron tejer una prenda que para ella representan el mensaje de que ninguna mujer debe enfrentar el cáncer sola.
“Este proyecto ha permitido que muchas mujeres encuentren en el tejido una manera de expresarse, de sanar y de apoyar a otras en su lucha. Es un verdadero tejido de vida”.
Gracias a este liderazgo, Botero recibió un reconocimiento en manos de la primera dama del Distrito, Katia Nule.
Una de esas tejedoras es Alejandra García, madre un niño con autismo de 11 años a quien también le ha enseñado a tejer y estuvo presente en el evento.
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“Empezó a tejer como una manera de mantenerse tranquilo mientras yo trabajaba”.
Con paciencia y dedicación, John se adentró en este mundo, creando su primera pieza: una bufanda.
“Ya ha comenzado a hacer bolsos en piedra, pulseritas y manillas tejidas”.
Durante el evento, que rinde homenaje a las mujeres valientes, Alejandra defiende la inclusión de los hombres en este arte.
“La idea es que John aprenda que no solo las mujeres son las que tienen que tejer. El arte también se da en los hombres, y muchos de ellos son los mejores artesanos de Colombia”.
La magia del tejido
Con su picardía y originalidad, el reconocido diseñador momposino, Hernán Zajar, arribó al evento para compartir su pasión y visión sobre la riqueza creativa de Barranquilla.
“El tema que se dedica a la moda en este mes me parece importantísimo porque Barranquilla tiene mucho talento y mucha inspiración. El sabor de los barranquilleros es realmente único”, dijo a EL HERALDO.
Conocido por su estilo de hacer con el crochet prendas de alta gama, el diseñador, expresó su emoción de haber tenido la oportunidad de revelar su conocimiento con las mujeres del Club de Tejedoras.
“Para mí, el crochet ha sido parte de mi ADN, de mi estilo, y es algo que empecé a desarrollar hace muchos años, cuando nadie le paraba bola a eso”.
La pasión de Hernán Zajar por el crochet se remonta a su infancia, cuando pasaba sus vacaciones en Mompox y observaba a su abuela y a sus tías tejiendo.
“Recuerdo que los cubrelechos en casa siempre eran hechos en crochet. Desde que nací, he estado rodeado de esa cultura, y creo que es esencial rescatar y valorar esas tradiciones en nuestra moda contemporánea”.
Gratitud por la vida
Sonrientes, como si jamás hubiesen recibido el infortunado diagnóstico, 18 mujeres sobrevivientes de cáncer se seno, desfilaron con naturalidad en la pasarela rosa que les rendía tributo.
Con vestuarios confeccionados por la diseñadora barranquillera Liliana Meza, cada una de ellas sintió la alegría de poder estar en pie, escuchar los aplausos, posar ante las cámaras, viendo el pasado como un momento lleno de aprendizaje.
Todas sabían que en ese instante eran inspiradoras para muchas mujeres que hoy atraviesan esta difícil batalla.