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Nombrar a Egidio Cuadrado Hinojosa es mencionar a uno de los más grandes digitadores que ha dado el folclor, y uno de esos nombres que han llevado no solo a la música vallenata por el mundo sino a su pueblo, a Villanueva, lugar de nacimiento de los más grandes del género.

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Por eso a escasos 30 metros en la casa en la que nació en el barrio El Cafetal, en la que en ese momento era la calle 7 de esa municipalidad, el 15 de febrero de 1953, vivía otro magistral digitador: Isarel Romero ‘el Pollo Irra’, otro villanuevero que sigue llevando el folclor por el mundo.

Criados más como hermanos que como vecinos, los dos crecieron escuchando los fuelles del acordeón de sus hermanos mayores. Así lo recuerda Israel a EL HERALDO: “Mi hermano Norberto Romero era el acordeonista más destacado de ese momento. Después de mi hermano seguía en importancia, en progreso como acordeonista, Egidio Cuadrado. Porque mi hermano era mayor que Egidio, uno o dos años. Y el mayor de los hermanos de él, Hugue Cuadrado, era un gran acordeonista también. Y Como la mamá de Egidio se llamaba Cristina Hinojosa a ellos les llamaban ‘Los Cristinita’”.

Y allí, en medio de parrandas vallenatas en esa Provincia que llevó al mundo, que fueron forjando su esencia se fue haciendo un nombre entre los grandes. “Nunca pensamos que íbamos a ser famosos en tantos países”, agrega ‘el Pollo Irra’, quien inmediatamente continua diciendo que “él comenzó a tocar su acordeón en los bingos bailables del pueblo, en las casetas, tocándole a la gente que llamábamos la gente del centro, o sea la gente de plata del pueblo”.

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Así, creciendo juntos, siempre se vieron como hermanos: “Por eso me ha dolido tanto esa temprana muerte para mí de ese hermano querido como lo es Egidio Cuadrado”.

Luego de esas parrandas en Villanueva conoció a Rafael Escalona, quien embelesado por la belleza de Dina Luz, hermana de Egidio, llegó al pueblo. Allí empieza a darle ese ánimo a Egidio para que concurse en el Festival de la Leyenda Vallenata, que lograría ganar en 1985.

“Su corona de rey vallenato la ganó con mucha calidad y con mucho esfuerzo. Además, era una persona muy respetuosa, muy profesional y un gran ser humano. Uno de los más grandes acordeoneros de la historia de Colombia”.

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Genio en dos acordeones

Es gracias a ese virtuosismo al alcance de pocos que Egidio logró hacer algo no muy común: ser un genio musical en el acordeón diatónico (el que siempre se usó en el vallenato) y el acordeón piano (raramente usado, como el caso del también fallecido Rafael Ricardo).

“Aprendió a tocar el acordeón piano cosa que es bastante difícil para uno cuando ya comenzó a tocar el acordeón diatónico pero él lo hacía muy bien y combinaba las dos técnicas y eso lo ayudó muchísimo”, recuerda.

“Él con Carlos Vives hizo una carrera magistral maravillosa que deja un legado incomparable con todas las cosas que grabó todos los ingredientes que le pusieron al vallenato y nosotros pues como hemos sido un grupo internacional yo creo que hemos paralelamente hecho un trabajo con Carlos Vives y con Egidio en todo el mundo para que la música vallenata se exponga en la mejor forma”, finaliza.