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Miriam Rincones nunca pensó que en medio de una dura batalla contra el cáncer de mama iba a dar a luz, no estaba dentro de sus planes, pero ocurrió y su historia es un ejemplo de esperanza.

Mientras se sometía a quimioterapias y constantes exámenes médicos, Miriam tenía seis meses de embarazo. Llegó a pensar que los mareos, comunes en esas etapas de gestación, eran producto de la quimioterapia. Inclusive, cuando su barriga comenzó a crecer, temía que haya sido un tumor.

“Yo empecé a sentir maluqueras, cosas normales que me producía la quimioterapia, me ponía a vomitar, me mantenía con muchas náuseas, con mareos… y pues, pensaba que esa era la causa. Pero como me hacen chequeos cada seis meses, en uno de esos me mandaron un examen de abdomen total y le dije a mi doctora que me sentía con el vientre muy grande”, relató la mujer.

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Pero la sorpresa que se llevó fue inmensa. “‘Me he puesto muy barrigona, me da miedo que tenga un tumor, que tenga algo más’, le dije. Ella decidió revisarme a profundidad y mi sorpresa fue enorme: ‘Miriam, si tú supieras qué tienes en la barriga’, me dijo, y cuando le pregunte si era cáncer otra vez, me dio la noticia: ‘No, tienes un bebé. Tiene seis meses y es un varón’”.

Miriam quedó en shock. La recomendación médica inicial fue practicar una interrupción del embarazo, porque era muy probable que la salud del menor hubiese resultado afectada por los procedimientos. “Me remitieron al ginecólogo, él me revisó y me dijo que el niño estaba muy grande y no se atrevía a sacarlo. Si Dios permitió que él estuviera ‘camuflado’ hasta este día, es porque tiene su propósito para él, me dijo. Entonces decidí: lo voy a tener, porque yo sé que el niño está bien”.

Expertos aseguran que cada vez son más las mujeres jóvenes que padecen de cáncer de mama.

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El paso siguiente fue suspender el tratamiento mientras Jesús David, como lo nombró, llegaba al mundo. Esa fue la orientación médica, pues el bebé había estado expuesto desde su concepción a los tratamientos contra el cáncer. A Miriam le ordenaron una ecografía especializada para ver el estado de su hijo y en adelante asistió a controles prenatales con regularidad. Todo marchó sin contratiempos hasta que se indujo el parto a las 36 semanas.

Tras una cirugía, 15 quimioterapias y 25 radioterapias, Miriam fue declarada libre de la enfermedad y ahora toma una pastilla de quimio oral todas las noches y asiste a revisiones cada seis meses para confirmar que el cáncer esté controlado.

¿Qué dicen los expertos?

Jorge Zaccaro Arregocés, cirujano oncólogo de Quimiosalud, institución aliada de Coosalud EPS, señaló que el cáncer de mama cada vez es más frecuente en mujeres menores de 40 años.

“Sobre el autoexamen, por ejemplo, yo antes decía que las mujeres mayores de 40 años debían hacérselo, hoy en día les digo a las mujeres que se lo practiquen desde jóvenes. Tengo pacientes de menos de 20 años con diagnóstico de cáncer de mama”, explicó.

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Expertos consultados por Coosalud coinciden en que un diagnóstico de cáncer de mama no representa una limitante para aquellas mujeres con intención de procrear. “Ser diagnosticadas no debería ser un factor para desistir de la maternidad. Los ovarios siguen siendo funcionales en muchas mujeres después de completar los tratamientos de quimioterapia e incluso de hormonoterapia”, resalta Zaccaro.

Por su parte, Manuel Dangond Acosta, oncólogo clínico de Quimiosalud, hace énfasis en la importancia de tener acompañamiento médico para evitar complicaciones. “Lo que hay que tener presente es que el tratamiento contra el cáncer, del tipo que sea, durante el primer trimestre de embarazo definitivamente sí está contraindicado”, sostuvo.

Vale mencionar que a partir del segundo trimestre, una mujer puede completar su proceso de gestación y mantenerse en tratamiento oncológico en simultáneo sin ningún problema.