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Descomplicado, de alma Caribe, alegre, tropical, lleno de tejidos que guardan tantas historias. Al verlo se denota estilo, originalidad, clase y sobretodo creatividad. El nombre de Hernán Zajar no es nada desconocido en la industria de la moda, es un orgullo costeño que le abrió las puertas a EL HERALDO para narrar los hilos que han construido su vida.

El diseñador momposino arribó a La Arenosa por un compromiso en el que se refleja su pasión por lo que hace: ‘Barranquilla es Moda’. Este evento fue la excusa perfecta para que pisara una tierra en la que ama estar. Ese pasado 19 de octubre se sentó en un rincón del Pabellón de Cristal rodeado de tejedoras y crochets, no podía estar más feliz.

“Barranquilla en cuestiones de moda es lo máximo. Desde pequeño, vi cómo en Cartagena, donde me crié, había una especie de rivalidad con los barranquilleros. Y tengo que reconocerlo: ¡nos ganaban! Siempre estaban a la última moda, siempre marcando tendencia”.

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Zajar, descendiente de libaneses, supo desde temprano que quería destacar, y lo hizo, no solo con sus diseños, sino con el alma que les imprimía. Su amor por el crochet, que nació entre los recuerdos de su infancia en Mompox, se convirtió en su sello personal.

“Cuando yo iba de vacaciones, veía a mi abuela y a mis tías tejiendo crochet. Al principio no entendía mucho, pero con el tiempo me di cuenta de que lo llevaba en la sangre. Y cuando tuve mi primera oportunidad internacional, me dije: ‘Tengo que llevar algo que represente a Colombia’. Ahí fue cuando el crochet entró en escena.”

Orlando Amador

Con más de 35 años en la industria, Hernán ha vestido a personalidades de talla mundial como como Ivana Trump, Joan Collins, Samantha Torres, Alicia Machado y Claudia Schiffer, pero siempre ha mantenido los pies en la tierra y la mirada puesta en su tradición. Este legado se centra en la preservación de técnicas artesanales como el crochet y la filigrana.

“Es importante que estas técnicas no se pierdan. Al final, lo que tejemos no son solo prendas, tejemos historia, tejemos identidad.”

Vocación llena de talento

Pero, ¿en qué momento supo Zajar que el diseño de moda era su verdadera vocación? “Yo creo que lo tuve claro siempre”. Así, sin dudarlo, no divagó, afirmó que no había otro camino.

Sin embargo, en su juventud, las opciones para estudiar moda en Colombia eran limitadas, lo que lo llevó a estudiar Hotelería y Turismo, siguiendo la tradición familiar. Pero su pasión lo condujo a trabajar como asistente de vestuario en la producción de Crónica de una muerte anunciada, lo que le permitió entrar de lleno en el mundo del espectáculo y del diseño.

“Eso me ayudó mucho a madurar, a conocer las épocas, las texturas, los estilos. Y luego, cuando trabajé en telenovelas como Gallito Ramírez, fue cuando dije: ‘quiero hacer mis propias colecciones’”, contó.

La magia de ser Caribe

Hoy, Hernán Zajar ha construido un imperio de la moda que no solo incluye alta costura, sino también líneas de calzado y prêt-à-porter (lista para llevar), siempre manteniendo una conexión con sus raíces. Esta conexión queda en evidencia cuando habla de Mompox.

Gracias a ello la Gobernación de Bolívar lo condecoró con la Medalla de Honor al Mérito por su contribución a la cultura local.

“El Festival de Jazz es una vitrina, yo siempre he creído y es lo que le demuestro a las personas, que nací en una tierra maravillosa, que quiero que todo el mundo la conozca y me he puesto en la tarea en el marco de este festival de lanzar mis colecciones allá”.

Su relación con el Caribe ha sido clave para su éxito. Hernán lo expresa con claridad cuando habla de su identidad como diseñador: “Ser caribeño me ha dado una ventaja enorme. El ritmo, los colores, las texturas que mezclo, todo eso viene de aquí, de nuestra cultura caribeña. Es lo que me ha hecho diferente.”

Esto le ha permitido recibir reconocimientos como la Nueva Estrella de la Moda 2002, Audi Fashion Week, Representante del talento colombiano en la Casa Blanca, Washington 2002, Trayectoria internacional en el mundo de la moda, Cámara de Comercio Colomboamericana, Diseñador estrella en Barranquilla, entre otros.

“La moda es una excusa para contar historias, y la mía, sin duda, está tejida con amor por lo que soy y por de dónde vengo. Es decir, gracias a mi identidad Caribe”, expresó.

Orlando Amador

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Hoy, con su alegría y espontaneidad, mira el pasado con mucha gratitud. “Fue con perseverancia, disciplina y pasión. Esa es la receta que les doy a los que vienen detrás de mí porque mi misión hoy es inspirar a estas nuevas generaciones”.

Mompox, su gran inspiración

“Nunca me canso de inspirarme en Mompox. Una vez me inspiré en la arquitectura, otra vez en el río. Siempre hay algo, recuerdos y vivencias que traigo a cada colección”.

Y es que para Zajar, su tierra es como Sicilia para Dolce & Gabbana. Es por ello que en el marco de la décima edición del Festival de Jazz de Mompox, el diseñador le rindió homenaje a su tierra presentando una colección inspirada en las calles que lo vieron nacer y crecer.

Orlando Amador