Aunque parezca irónico uno de los mejores actores del país en las últimas décadas, Andrés Parra, que ha dejado su huella en producciones nacionales e internacionales en la televisión y en el cine, invita al público a dejar de actuar. Y todo como parte de su show de Stand Up Venga que sí es pa’ eso, en el que hace una profunda reflexión de su vida y sus tragedias.
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Luego de procesos dolorosos como un divorcio y entender que no se sentía feliz con la vida que llevaba, el renombrado intérprete escribió a pulso este show de comedia en el que invitará al público a analizarse, todo desde su tragedia personal.
Esta noche lo presenta en el Teatro de la Universidad del Atlántico, sede norte, a partir de las 8:00 p. m. Para conocer más detalles de su reflexión y lo que lo llevó a exorcizar sus demonios a través del humor, EL HERALDO habló con el ahora comediante.
¿En qué momento de su vida, tanto personal y profesional, nace este show de ‘Venga que sí es pa’ eso’?
Yo atravesé una situación personal muy compleja, muy dolorosa y un día hago un vídeo haciéndole saber a la gente lo que pasa después de que uno atraviesa eso a lo que tanto miedo le tiene. Y resulta que lo que viene después es una recompensa muy linda. Ese vídeo se viraliza y después yo tengo un encuentro con Dante Gebel que me entrevista y luego de la entrevista él me dice: ‘Yo siento que existe un mensaje que tú deberías empezar a dar’. Yo le digo a Dante que cómo se le ocurre que yo quién soy para andar por la vida dando mensajes, si yo no soy nadie. Luego fui a ver a un show de él en Orlando y vuelve y me dice que si ya empecé a escribir el mío. Yo le dije que no, que eso me daba pena. Y se cruzó en mi camino una productora en ese momento que estaba interesada en hacer algo y yo dije ya son muchas señales, hagámoslo. Y me senté a escribirlo, lo estrené y aquí estamos.
El show, a pesar de ser humor, invita a la reflexión…
Un poco la idea también es esa, sacudirnos. Es un llamado a que todo el mundo se salga del clóset. Vivimos ‘enclosetados’ en mil formas, por agradar, por encajar, por un poco de cosas que nos traen mucha infelicidad. Yo creo que ya es hora de empezar a ser quienes realmente somos y Venga que sí es pa’ eso es una invitación, a eso puntualmente. Ya basta de actuar. Ya basta de andar por la vida dando gusto, sacrificándose, siendo incapaz de irse a un sitio del que usted ya sabe que se quiere ir. Ya es hora de hacer ese viaje que usted quiere hacer, ya es hora, ya no más miedo. Lo importante es cruzar el miedo.
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Es irónico que siendo un actor con tanta trayectoria invite a la gente a no actuar…
Esa fue la gran sorpresa que yo me llevé. Que Andrés también estaba actuando. Que yo no tenía ni idea de quién era yo, ni qué era lo que yo de verdad quería, ni cuál era mi verdad. Y hace dos años yo emprendí ese viaje hacia adentro, hacia la búsqueda de mi verdad y ha sido lo mejor que me ha podido pasar. Y poco a poco he ido dejando de actuar y poco a poco ha empezado a aparecer el Andrés real, el que está realmente conectado, el esencial, el de verdad.
¿Cómo fue ese proceso de autoconocimiento?
Yo creo que hay que buscar ayuda, de eso estoy totalmente convencido. Pero basado en mi experiencia personal, lo que permite ese encuentro realmente es el silencio. Hay que empezar a hacer silencio y hay que empezar a estar solo. Este es un proceso de mucha soledad, requiere de mucha soledad. Nadie te puede acompañar. Tienes que estar solo, tienes que estar quieto y tienes que estar en silencio. Ese silencio es el que abre esa puerta.
¿Por qué hacerlo humor?
El humor del show parte de mi forma de hacer reír a la gente. Mi humor es sarcástico, negro, irónico y cínico. Todo esto lo hace un show, es una sinvergüencería. Ahí no hay filtros, eso es un show mal hablado, eso es un show basto, eso es un show coloquial, ahí no hay reputación que valga. Y yo creo que eso da mucha risa porque siempre que uno ya se puede burlar de sí mismo, eso da mucha risa. Este es un show donde yo me burlo de mí, de nadie más, de mi tragedia personal. Y el humor yo creo que sirve también como una anestesia cuando ya toca entrar en el terreno de la confrontación, que es yo no vengo aquí a que usted me dé la razón, esa no es la idea, ni a convencerlo de nada.
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Y luego de ese proceso de autorreflexión y autorreconocimiento, ¿cómo vive ahora?
Vivo ahora mejor, vivo más tranquilo, vivo menos estresado, vivo menos ansioso, vivo mejor. Pruebe, de pronto a usted le pase lo mismo. Puede que no. Ahí sí. Pero si no, igual no le vamos a devolver la plata (risas).
¿Qué representa presentar este show en Barranquilla?
Yo nunca he trabajado en Barranquilla, he ido mucho a conciertos en Barranquilla. Mi esposa era de Cartagena; entonces, digamos que yo con la cultura costeña tengo contacto hace muchos años, pero nunca he ido a presentarme. Pero yo creo que aquí tenemos una ventaja y es que así usted sea costeño, paisa, ruso, de donde sea, no se salva nadie porque todos hemos sido humillados, todos hemos sido burlados, todos hemos sentido vergüenza, a todos nos han rechazado, nos han abandonado, nos han criticado, todos nos hemos despertado algún día desesperados, eso lo hace universal.
Finalmente, usted invita a la gente a no actuar, pero esa es su profesión, ¿seguirá actuando?
Mientras yo siga disfrutando la actuación, seguiré actuando. Yo me voy a retirar el día que no me llamen más, que puede pasar, o el día que yo ya no le vea sentido a eso, que yo me empiece a aburrir o que esté ya muy cansado, pero yo no estoy pensando en dejar la profesión, yo amo esta profesión, le debo todo a esta profesión, ha sido una profesión tremendamente generosa conmigo y mientras yo pueda yo seguiré actuando, no en la vida, pero si en la profesión.