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En los últimos meses, se ha viralizado una particular costumbre que, aunque ha existido durante siglos en varias culturas, ha cobrado nuevo protagonismo: echar sal en el inodoro todas las noches. Aunque la práctica pueda parecer extraña para algunos, cada vez son más las personas que la incorporan en su rutina nocturna. Pero, ¿qué hay detrás de esta costumbre? ¿Es realmente eficaz o se trata simplemente de una superstición?

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La sal ha sido utilizada a lo largo de la historia como un recurso para purificar y proteger espacios. En muchas culturas, el acto de esparcir sal en determinados lugares es considerado un ritual para atraer la buena suerte y eliminar las energías negativas. En el contexto del hogar, se cree que la sal tiene propiedades de limpieza y purificación. Sin embargo, en tiempos recientes, la práctica de echar sal en el inodoro ha cobrado popularidad debido a sus supuestos beneficios en la limpieza, la higiene y el bienestar emocional.

Según expertos en limpieza y bienestar, el uso de sal en el baño no solo tiene un simbolismo energético, sino que también puede tener efectos prácticos. La sal, en particular la sal gruesa, es reconocida por sus propiedades abrasivas, lo que la convierte en un buen agente para eliminar residuos de cal, manchas de agua dura y restos de jabón que se acumulan en el inodoro. Su poder desinfectante también contribuye a mantener los espacios más limpios y frescos, lo que es una de las razones por las cuales algunas personas han optado por incorporar esta práctica en su rutina nocturna.

Otra de las razones de su creciente popularidad es su bajo costo y accesibilidad. La sal es un producto económico que, además de sus beneficios de limpieza, no representa ningún riesgo para la salud ni daña las superficies del baño. Esto ha impulsado aún más su uso como una alternativa natural y accesible a productos de limpieza más caros y a menudo cargados de químicos.

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Una costumbre con raíces históricas y espirituales

En diversas tradiciones, la sal ha sido considerada un elemento de protección y purificación. Desde la antigüedad, se ha utilizado en rituales religiosos y espirituales para repeler las malas energías y promover el bienestar en el hogar.

El acto de colocar sal en el inodoro cada noche podría, en parte, estar relacionado con estas creencias, ya que se asocia con la idea de limpiar no solo el espacio físico, sino también el ambiente energético del hogar. Algunos defensores de esta práctica sugieren que al echar sal en el inodoro, se “eliminan” las malas vibras acumuladas durante el día, creando un ambiente más armonioso para la familia.

Aunque no existen estudios científicos concluyentes que respalden todos los beneficios espirituales que algunos atribuyen a esta práctica, es innegable que la sal tiene propiedades útiles para la limpieza del hogar. Su uso en el baño puede ser una alternativa económica y natural para mantener los inodoros más limpios y frescos. Al mismo tiempo, para quienes buscan un toque simbólico o energético en su vida diaria, el acto de echar sal en el inodoro puede ser una forma de sentirse más tranquilos y en control de su entorno.