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Desafiar sus propios límites ha sido la pasarela más fascinante de su vida. Desde Miami, donde reside hace una década, Joyce Arrieta Fontalvo, barranquillera de 35 años, ha encontrado la manera de construir puentes entre su vida como asesora de bienes raíces y su misión de empoderar a otras mujeres y niñas que, como ella, enfrentan retos físicos y emocionales.

Arrieta viene de competir en el certamen Señora Colombia 2024, donde se consagró ganadora la noche del pasado 27 de octubre. Se llevó a casa la corona de un concurso que se ha convertido en una plataforma para visibilizar a mujeres comprometidas con causas humanitarias y las presenta como modelos a seguir.

Graduada en Relaciones Internacionales y especialista en Logística Empresarial de la Universidad del Norte, Joyce dedica su carrera a asesorar a inversionistas extranjeros que buscan propiedades en Miami y Barranquilla.

Sin embargo, además de su trabajo en bienes raíces, Arrieta ha construido un espacio para compartir las experiencias de ser mujer, inmigrante, empresaria y madre a través del ‘Latinas Podcast’, un proyecto que dirige junto a una amiga en Boston. En cada episodio, ambas abordan la realidad de las latinas en Estados Unidos, ofreciendo una plataforma para que otras mujeres emprendedoras cuenten sus historias.

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Un día, en una entrevista para el podcast, una invitada le sugirió participar en el certamen Señora Colombia. La propuesta la tomó por sorpresa. “Yo le decía que no sé, de pronto ya estoy grande para un reinado, no sé si de pronto lo haga”.

Pero la idea de que este concurso se enfoca en la integridad y la experiencia de sus participantes y en su labor social le hizo reflexionar.

“Allí me di cuenta que ser señora no quiere decir que tienes que estar casado, tienes que tener un hijo, sino que es más como todas las experiencias reunidas y vivencias que tienes, que puedes contarle al mundo y puedes dejar una huella haciendo que las personas de pronto se sientan un poco, como se dice, afines con tu experiencia, con lo que ha pasado y pueda darles consejos”.

cortesía Joyce Arrieta

Rompiendo barreras

Joyce es fundadora de ‘Bent Yet Powerful’, una organización que brinda apoyo a personas con escoliosis, un padecimiento que ella misma ha enfrentado desde los 12 años. Diagnosticada en su adolescencia, esta condición le dejó una cicatriz que, en su momento, le costó aceptar.

Recuerda lo difícil que fue oír de los médicos que nunca podría alzar pesas ni tener un parto natural, limitaciones que parecían fijadas en piedra. Sin embargo, tras años de enfrentar sus propios miedos, decidió desafiar esas predicciones: se entrenó, alzó pesas e incluso compitió en campeonatos de halterofilia.

“Fue muy duro ese proceso, pero además de poder hacer todo eso tuve a mi hijo, que hoy en día tiene 5 años, lo tuve por parto natural, lo pude recibir y es la bendición más grande que tengo”.

Este camino de superación personal se convirtió en la piedra angular de su mensaje para otras jóvenes con escoliosis.

“Quiero que sepan que el limitante no es tanto físico, sino más bien mental. Es todo lo que nosotros a veces nos decimos a nosotras mismas que no podemos hacer porque tenemos este límite, porque tenemos esta condición física. Y al participar en este certamen quise ser voz para todas ellas”.

Un viaje de calor humano

Esta barranquillera que ha hecho de Miami su segundo hogar, regresa a su tierra cada dos meses, si no es con más frecuencia. Aunque el suelo estadounidense le ha dado una acogida cálida como latina, el ir y venir hacia La Arenosa se convierte en una necesidad para nutrirse de lo que define como lo más valioso: el calor humano que solo aquí, en su terruño, puede encontrar.

“No tengo a mis amigos, no tengo a mi familia, esa es la parte más dura de todo, sobre todo en el ambiente aquí de Barranquilla, que uno tiene tanta unión con su familia y con sus amigos. Allá es muy difícil encontrar eso, por las distancias, porque todo el mundo está acelerado trabajando”.

La realidad de estar en Estados Unidos puede ser compleja. Mientras algunos experimentan rechazo en ciertos entornos, Joyce destaca que Miami, con su mezcla cultural y su ambiente de inclusión, la ha hecho sentir como en casa.

“Quizá en otras partes de Estados Unidos no pase, si se ve el tema del racismo, etc. Pero pues para mí, yo no lo he vivido, Miami como tal tiene demasiada cultura y demasiada gente de todas partes del mundo. Obviamente el latino es el que más se ve, pero hay de todos lados; entonces, es como muy normal saber que nadie es de Miami”.

Sin embargo, ha aprendido a lidiar con esos momentos de vacío y distancia a través de un entrenamiento emocional, algo que para ella ha sido vital en el proceso de su vida.

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“Yo llevo un entrenamiento emocional hace ya varios años, de hecho, yo tuve una pérdida antes de mi primer hijo. Cuando tuve esa pérdida caí en una depresión muy fuerte y ahí empecé todo este tema de terapia, de psicólogo, de entrenamiento emocional”.

Este trabajo mental se ha convertido en el pilar de su bienestar y una herramienta esencial para enfrentar los retos que surgen, especialmente cuando se enfrenta a situaciones que la ponen en el centro de los reflectores y de la comparación, algo que, confiesa, siempre es un desafío.

“Nosotras como mujeres tenemos muchas inseguridades, uno se compara mucho, uno se da muy duro. Y creo que el tema del trabajo mental es de las cosas de las que más hablo. Tenemos que ser fuertes mentalmente, tenemos que decidir ser esa persona que siempre hemos soñado ser”.