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En una urbe donde las barreras de comunicación pueden ser un desafío, Marena Simanca se destaca como un símbolo de esperanza y superación para la comunidad sorda.

Esta joven, que ha enfrentado y vencido las dificultades que conlleva ser sorda, ha dedicado su vida a inspirar a otros, abrazar su identidad y a perseguir sus sueños.

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Desde pequeña, Marena se dio cuenta de que su condición auditiva no definiría su futuro. A través de su pasión por la educación y el teatro, se convirtió en Licenciada en Educación Especial.

Sheyla Stefanell

Su compromiso con la enseñanza y la promoción de la lengua de señas ha impactado positivamente en la vida de muchas personas, brindándoles las herramientas necesarias para comunicarse y desarrollarse plenamente.

En conversación con EL HERALDO a través de lengua de señas con el intérprete de la Fundación ‘Con Justicia Social si se puede’, Mauricio Angulo, Marena contó cómo ha logrado superar cada obstáculo en su vida y cuál es su mensaje para la comunidad sorda en Barranquilla.

Amor de madre

Cuando se presenta un caso como el de Marena, el apoyo de la familia es importante. Nayibis Rojas, su madre, siempre trató de capacitarse e investigar acerca de la discapacidad auditiva, para poder ayudar a su hija.

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“A mi papá no le gustaba el tema de hablar en lengua de señas, él prefirió comunicarse conmigo de otra forma, pero mi mamá, de una mentalidad diferente, ella pensó siempre en brindarme una educación pertinente, especial para una persona con mi carácter equilibrado. Y claro que sabía que era difícil debido a los obstáculos que estaban presentes, pero hizo siempre lo posible”, contó.

El cuerpo de docentes con el que pudo contactarse su madre, siempre la animó para seguir adelante a pesar de la discapacidad de Marena. Simanca siempre se destacó en el colegio por excelencia y eso también fue un impulso para su familia.

“Eso le sirvió de empuje a mi mamá para estar aún más motivada para seguir apoyándome”, afirmó.

Metas cumplidas

Estudiar una carrera profesional igualmente fue un reto para Marena, por lo que sus sueños y ganas de convertirse en docente y actriz de teatro no quedaron inconclusos. La talentosa chica estudió en el SENA, y desde hace 11 años pudo ingresar a la Fundación ‘Con Justicia Social si se puede’.

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“Desde que era niña mi sueño siempre fue ser docente y también me gustan mucho las artes dramáticas. En la universidad entré por examen de admisión y quedé sorprendida porque pensé que sería más difícil por mi condición”.

Simanca admitió que su trabajo de tesis fue muy complicado, debido a que ella y otra chica eran las únicas sordas de su promoción, pero que lograron juntas hacer un gran trabajo y que los docentes siempre fueron un apoyo incondicional para ambas.

Amor y teatro

Recientemente, Marena fue reconocida en la edición XI del Festival Nacional de Humor Sordo, donde dio un discurso motivador a través de video, ya que no pudo asistir por la reciente llegada de su segundo hijo. Por esto, expresó sentirse agradecida y emocionada.

“Es una alegría para mí que me hayan tomado en cuenta para hacerle honor a todo lo que he logrado en mi vida, porque no es fácil hacer algunas cosas y muchas personas sordas por eso se limitan muchas veces, pero cada vez somos más los que estamos trabajando para que eso no sea así”.

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Su esposo, Guillermo de la Cruz, recibió el premio en su representación en el festival, que se llevó a cabo el pasado miércoles en el Teatro Mario Ceballos Araujo. Él igualmente es sordo y su historia de amor inició con una bonita amistad.

Cortesía Marena Simanca

Los sueños de Marena seguirán creciendo, pues ahora tiene pendiente cumplir la meta de hacer una maestría, pero por ahora estará dedicada a su bebé y disfrutará su rol maternal.

“Esta ha sido una de mis metas a largo plazo, ya que para hacer eso se requiere de una especialización primero y quiero demostrar que si es posible y sé que mi familia me ayudará, pues ellos son mi motor”.