La noche de este sábado el mundo conoció a la nueva Miss Universo, quien con elegancia, inteligencia y un innegable carisma conquistó a los jueces y al público. Victoria Kjær, representante de Dinamarca, se alzó con la anhelada corona y le da a su país este título por primera vez.
A sus 21 años, esta talentosa bailarina ha logrado lo que ninguna otra representante de su país había conseguido, haciendo historia en la edición 73° del certamen.
Desde el inicio de su participación, Kjær no pasó desapercibida. Su impactante presencia física y su innegable carisma le valieron el apodo de “la Barbie humana”, un sobrenombre que rápidamente se convirtió en tendencia entre los seguidores del evento.
Pero Victoria demostró que su encanto no solo estaba en su apariencia. Con seguridad y elocuencia, destacó durante cada una de las etapas del concurso, consolidándose como una de las grandes favoritas.
Victoria no es nueva en el mundo de los certámenes. En 2022, alcanzó el top 20 de Miss Grand International, una experiencia que le dio las herramientas necesarias para brillar en esta oportunidad.
Además, su formación como bailarina aportó elegancia y precisión a cada paso que dio en el escenario, cautivando tanto a los jueces como al público.
Mientras tanto, la cuarta finalista fue Venezuela, Ileana Márquez, la tercera finalista fue Tailandia, Suchata Chuangsri, la segunda finalista llamada fue México, María Fernanda Beltrán y la virreina fue Nigeria, Chidimma Adetshina.
En la primera ronda de preguntas, se le planteó: ¿Cómo vivirías tu vida diferente si supieras que nadie te juzgaría? Con gratitud y seguridad, Victoria respondió:
“Gracias por la pregunta, hola México. Yo nunca cambiaría como vivo mi vida. Nosotros aprendemos de nuestros errores, aprendemos todos los días algo nuevo y tenemos que aprovecharlo, tenemos que llevarlo a nuestro futuro. Es por eso que vivo cada día como si fuera el último, manteniéndome positiva y, sí, nunca cambiaría nada”.
Sin embargo, sería en la segunda y decisiva ronda donde Victoria mostró por qué merecía llevar la corona. En el momento crucial, se le pidió un mensaje para el mundo, y su respuesta fue un llamado inspirador:
“Mi mensaje para todo el mundo que nos está viendo: no importa de dónde provengas, no importa tu pasado, siempre puedes elegir cambiar eso en fortalezas, nada de eso te define quién eres. Tienes que continuar luchando. Yo quiero decirte esto hoy porque quiero que cambiemos, quiero que hagamos historia, y eso es lo que estoy haciendo esta noche. Así que no te rindas, siempre cree en ti mismo y en tus sueños, eso es exactamente lo que debes hacer, muchas gracias”.
La danesa se quedó con la joya de la corona, diseñada por la prestigiosa casa filipina Jewelmer. Esta pieza única, bañada en oro y diamantes, destaca por sus 23 perlas doradas del Mar del Sur, un toque de lujo que simboliza pureza y belleza. Además, su diseño ha evolucionado para ser más ligera y ergonómica, marcando un antes y un después en la historia de las coronas de este certamen.
Sin embargo, el título de Miss Universo no solo trae consigo la preciada corona. La nueva reina se llevará 250.000 dólares en efectivo y una serie de contratos exclusivos con marcas de renombre mundial, abriéndole puertas en industrias como el modelaje, la actuación y el activismo social.
Durante su reinado, vivirá un año de ensueño con todos los gastos cubiertos, mientras asume un rol protagónico en eventos benéficos, ruedas de prensa y campañas para causas sociales de gran impacto.